Que Es El Dolor Neuropatico?
- Nevada Adriano
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- on Aug 29, 2022
Resumen El dolor neuropático se define como un dolor crónico secundario a una lesión o enfermedad que afecta el sistema soma-tosensorial. Cerca del 20% del dolor crónico es neuropático. Lesiones del sistema nervioso periférico o central provocan cambios neuroplásticos que se traducen en síntomas y signos específicos característicos de este tipo de dolor.
- Estos síntomas deben ser reconocidos para un diagnóstico y un tratamiento analgésico adecuado;
- Con frecuencia se asocia a trastornos del sueño o alteraciones del ánimo;
- Suele ser más refractario que el dolor de origen nociceptivo;
Existen grupos de medicamentos que suelen ser efectivos, entre los que se cuentan los antidepresivos tricíclicos, antidepresivos duales, neuromoduladores, anticonvulsivantes, lidocaína en parche o sistémica y algunos opioides que deben usarse si el dolor es muy intenso.
El manejo se basa en una terapia multimodal y debe tratarse con equipo multidisciplinario, especialmente para los casos de dolor de difícil manejo. Palabras clave: Dolor neuropático dolor crónico sistema somatosensorial DNY Keywords: Neuropathic pain chronic pain somatosensorial system Summary Neuropathic pain is defined as a cronic pain secondary to an injury or illness that involves the somatosensorial system and it represents 20% of patients with cronic pain.
The injury of the central of peripheric nervous system is associated with neuroplastic changes, wich originate signs and symptoms that are caracteristics of this type of pain, and must be recognized to plan a proper management. Usually, the neuropathic pain is asociated with troubles of sleep and mood and not infrequently is refractary to treatment.
Several groups of drugs are available including tjr tricyclic antidepresives, dual antidepresives, neuromodulators, anticonvulsivants, lidocaine, systemic or in patch, and some opioids that can be used to control severe pain.
The management of neuropathic pain is based in a multimodal therapy and a multidisciplinary team, very important if the pain is extremely difficult to contol. Texto completo Introducción El dolor es un sistema de alarma que avisa que hay un daño actual o potencial y permite protegernos de ese daño, constituyendo un mecanismo de defensa.
Cuando el dolor se prolonga por más de tres meses pasa a denominarse dolor crónico, transformándose en una entidad patológica en sí misma. Estudios en Europa muestran una prevalencia del dolor crónico que oscila entre 19 y 31% ( 1 , 2 ) estimándose en un 30% a nivel nacional (datos no publicados, grupo ACHED).
En aproximadamente un 20% de los pacientes el dolor crónico es de origen neuropático. Según datos recientemente publicados, hay una prevalencia de dolor con características neuropáticas en la población general entre 6,9–10% ( 2 , 3 ). El dolor neuropático, es definido por la IASP (2007) como “el dolor que se origina como consecuencia directa de una lesión o enfermedad que afecta al sistema somatosensorial” ( 4 ).
- En esta nueva definición, el término, enfermedad se refiere a procesos patológicos específicos tales como inflamación, enfermedades autoinmunes o canalopatías, mientras que lesión se refiere a un daño macro o microscópicamente identificable ( 5 );
Incidencia En América Latina se estima que el dolor neuropático afecta al 2% de la población. En el 1 5 % de los pacientes que consulta por dolor, es de origen neuropático. La mayoría de los pacientes que presentan síntomas de dolor neuropático son manejados en la atención primaria y sólo la minoría, generalmente los cuadros refractarios, son referidos a especialistas en dolor.
- En nuestra región, los cuadros frecuentemente asociados a dolor neuropático son: dolor lumbar con componente neuropático (34,2%); neuropatía diabética (30,4%); neuralgia post herpética (8,7%) y dolor neuropático como secuela postquirúrgica (6,1%) ( 6 );
Etiología Este síndrome de dolor crónico tiene su origen en un daño estructural de las vías nociceptivas, que puede involucrar el receptor periférico, las vías de conducción y/o el cerebro. Estos cambios condicionan una de sus principales características: no requerir de un estímulo de los nociceptores para que el dolor se manifieste, implicando que no hay transducción o conversión de un estímulo nociceptivo, cualquiera que este sea, en un impulso eléctrico ( 7 ).
Tal hecho es lo que permite considerar al dolor neuropático como una enfermedad neurológica. El dolor nociceptivo por el contrario, se gatilla por estímulos fisiológicos, como inflamación, calor o presión en los nociceptores correspondientes, generando una respuesta que suele ser de duración limitada y que no se asocia normalmente a una lesión del sistema nervioso ( tabla 1 ).
Constituye esencialmente un sistema de alarma y defensa ya que permite detectar la presencia de un daño orgánico actual o potencial. Una lesión estructural de un nervio deriva a dolor crónico con mayor probabilidad que el dolor producido por daño a tejidos somáticos, se caracteriza por mala respuesta a los analgésicos convencionales y suele ser más refractario en el manejo ( 7 ).
Clasificación El dolor neuropático puede ser de origen periférico o central. El periférico se produce por lesiones de nervio periférico, plexos nerviosos o en las raíces medulares dorsales. El dolor neuropático de origen central se suele generar por lesiones en la médula espinal y/o cerebro.
Ejemplos de cuadros clínicos de dolor neuropático central y periférico se ven en la tabla 2. Fisiopatología El dolor, que en sí es un mecanismo de protección, se produce cuando existe un estímulo mecánico, térmico o químico que activa los nociceptores llevando la información hacia las neuronas nociceptivas en el asta posterior de la médula espinal, que se proyectan vía tálamo a las áreas corticales generando las características sensoriales y emocionales del dolor ( 8 ).
Estas vías espinales pueden transmitir estímulos inhibitorios descendentes o influencias facilitatorias desde el cerebro ( figura 1 ). La injuria o inflamación de tejidos periféricos induce cambios adapta-tivos reversibles en el sistema nervioso que provocan dolor por sensibilización, lo que opera como un mecanismo protector que asegura la cura apropiada de los tejidos.
Por el contrario, en el dolor neuropático los cambios en la sensibilización van a ser persistentes, lo que se traduce clínicamente en dolor espontáneo, con bajo umbral del estímulo e incluso inicio o incremento del dolor con estímulos no nocivos. Esto produce cambios maladaptativos de las neuronas sensitivas y pueden ser finalmente irreversibles.
- El dolor neuropático una vez que se establece se transforma en una enfermedad autónoma y propia del sistema nervioso ( 5 , 7 , 8 );
- Los cambios fisiológicos descritos que se producen en la periferia incluyen sensibilización de los nociceptores, generación de impulsos espontáneos ectópicos en el axón y en neuronas del ganglio dorsal, presencia de efapses e interacción anormal entre fibras;
A nivel central hay sensibilización de las neuronas del asta posterior y alteración de los mecanismos inhibitorios descendentes ( 9 ). El Síndrome de Dolor Neuropático suele presentarse como una combinación compleja de síntomas con variación interindividual que depende de los cambios fisiopatológicos subyacentes, resultantes de la convergencia de múltiples factores etiológicos, genotípicos y del medioambiente ( 9 ) ( figura 2 ).
- Sintomatología Los síntomas dependerán de los fenómenos fisiopatológicos antes descritos asociados a factores personales y del medioambiente, que contribuyen al fenotipo de dolor;
- Se presentan como síntomas tanto negativos como positivos ( 10 );
Los síntomas negativos indican déficit sensorial y los positivos indican respuestas neurosensoriales anormales. La naturaleza multidimensional del dolor hace que además se acompañe con síntomas como depresión, somatización o insomnio, es frecuente por lo tanto, que se acompañe de trastornos del sueño y de alteraciones psicológicas, que pueden derivar en cuadros depresivos y ansiosos, potencialmente severos.
Síntomas negativos Son el primer indicio del daño en el sistema somatosensorial; se manifiestan como pérdida de sensibilidad y pueden ser evaluados por síntomas clínicos o por test cuantitativos. Dependiendo del daño puede haber trastorno en la transducción, conducción, transmisión o en la conducción sensorial en el territorio nervioso dañado.
Se puede encontrar déficit o hipoalgesia, hipoestesia o termohipoalgesia ( 11 ). Síntomas positivos Son la respuesta a fenómenos neuroplásticos ocurridos al dañarse el nervio. Pueden ser espontáneos o evocados ( tabla 3 ). Diagnóstico de dolor neuropático El diagnóstico de dolor neuropático se basa en la anamnesis, examen físico y exámenes complementarios ( 5 , 10 , 11 ).
- Historia del paciente, antecedentes clínicos, comorbilida- des, perfil psicológico Descripción del tipo de dolor y otros síntomas subjetivos;
- A pesar de diferentes patologías que provoquen dolor neuropático, existen síntomas comunes con descriptores del dolor que hacen sospechar la presencia de daño de las vía del dolor (dolor quemante, urente, parestesias, disestesias);
Examen físico Hay que considerar signos positivos y negativos. Evaluación de signos clínicos objetivos de disfunción del nervio, evaluados con el examen clínico o con pruebas de la función nerviosa. El examen neurológico completo incluye evaluación motora para determinar la existencia de alteraciones del trofismo muscular, cambios en el tono, presencia de paresias y a veces movimientos involuntarios.
- En el examen sensitivo se debe evaluar tacto, sensación térmica y dolor;
- Métodos de diagnóstico del DN a;
- Métodos clínicos i;
- DN4 (bouhassira) Douleur Neuropathique en 4 questions;
- Desarrollado en Francia, este cuestionario contiene siete preguntas y tres elementos del examen físico;
Es útil para diferenciar el dolor neuropático del nociceptivo. Fácil de responder por el paciente y con examen clínico acotado para el médico. Sensibilidad de 83% y especificidad de 90%. En Chile se usa el abreviado ( figura 3 ) contestado sólo por el paciente, especialmente en las Unidades de Dolor ( 12 , 13 ).
ii. LANSS Escala de Leeds de Evaluación de Síntomas y Signos Neu-ropáticos. Es un cuestionario de cinco síntomas y dos ítems de examen clínico. Validado y testeado. Sensibilidad de 82% y especificidad entre 80 y 94% ( 14 ).
iii. pain DETECT Desarrollado en Alemania. Sensibilidad de 85% y especificidad de 80% ( 15 ). Métodos electrofísiológicos La EMG y la conducción nerviosa permiten objetivar lesiones de nervio periférico, radiculares o de plexos, estimando su severidad, extensión y antigüedad.
Los potenciales evocados somatosensoriales permiten determinar la existencia de trastornos en vías aferentes sensitivas pro-pioceptivas y su localización probable. Test para evaluar fibras finas (térmico dolorosas), tiene una base psi-cofisiológica, como son el testde umbral doloroso y el test sensitivo cuantitativo (QST, en inglés), el test cuantitativo sudomotor, detectan alteraciones autonómicas (QSART) ( 16 ).
Tratamiento Una evaluación y un diagnóstico adecuado del dolor son fundamentales para hacer un tratamiento exitoso del dolor neuropático. Se debe considerar además que pueden coexistir con otros tipos de dolor en patologías, como dolor lumbar asociado a radiculopatías o enfermedades musculoesqueléticas.
- El foco debiera ponerse en identificar y manejar el proceso de enfermedad en el sistema nervioso periférico o central si esto fuera posible, evaluar respuestas previas al tratamiento e identificar comorbilidades relevantes (insuficiencia cardíaca, renal o enfermedad hepática), que pueden ser afectadas por la terapia;
Atención especial debe ser la identificación y el manejo simultáneo de depresión, ansiedad y trastornos del sueño, que afectan la calidad de vida. No menos importante es explicar al paciente los objetivos del tratamiento y la metas claras de alivio, evaluando además la tolerancia y la efectividad de los fármacos.
- Medidas no farmacológicas como la disminución del estrés, buena higiene del sueño, terapias físicas y otras medidas que sean adecuadas a cada paciente deben ser consideradas ( 17 );
- El tratamiento basado en el mecanismo fisiopatológico es más efectivo que el tratamiento basado en la enfermedad;
Las respuestas individuales al tratamiento farmacológico del dolor neuropático son variadas e impredecibles. Se debe llegar a encontrar la medicación o combinación de fármacos que sean bien tolerados y con la menor cantidad de efectos secundarios posibles ( 18 ).
Actualmente hay consenso que es necesario efectuar tratamiento multimodal. Se han publicado numerosas guías y algoritmos de manejo de dolor neuropático basados en medicamentos con mayor evidencia de efectividad, de acuerdo a las diferentes presentaciones clínicas ( 17–19 ).
Los grupos de fármacos con evidencia más clara en el manejo del dolor neuropático incluyen los antidepresivos tricíclicos y duales, los neuromoduladores o gabapentinoides, anestésicos locales, opioides y anticonvulsivantes ( tabla 4 ). Primera línea de tratamiento Hay tres tipos de medicamentos que tienen un grado A de recomendación y que se consideran de primera línea ( 17 ,( 19–21 ).
Antidepresivos 1. Antidepresivos tricíclicos Son uno de los principales medicamentos en el manejo del DN por más de 25 años. Su acción ocurre por acción en recaptación de noradrenalina (NA). Tienen efectos anticolinérgicos marcados, la Amitriptilina es la que tiene mayores efectos adversos.
También se usa la Imipramina y Desipramina con menos efectos secundarios. Estudios muestran a la Amitriptilina con evidencia y un NNT (Número Necesario a Tratar) de 2,5. La decisión de su uso debería considerar la posibilidad de cardiotoxicidad. Se debe usar la menor dosis efectiva nocturna (12,5 a 50 mg).
- La mayoría de los trabajos son en NPH y NPD ( 20 );
- Antidepresivos duales Inhiben tanto receptores de serotonina y NA;
- Tienen mayor evidencia que los antidepresivos selectivos de serotonina;
- Existe eficacia bien documentada en la polineuropatía doloro- sa;
Los de mayor uso en este momento son: Duloxetina y Venlafaxina. Duloxetina ha mostrado ser efectiva en por lo menos tres ensayos clínicos en NPD. Tiene un perfil farmacológico de efectos adversos favorable, con dosis fáciles de usar (30 a 60 mg). Venlafaxina inhibe selectivamente a serotonina en bajas dosis y es dual en dosis altas.
- Se ha estudiado en NPD, NPH, dolor post mastectomía;
- Dosis 37,5 hasta 150 mg;
- Neuromoduladores Se unen a la unidad alfa 2 delta de los canales de calcio voltaje dependiente de los terminales presinápticos del SNC en asta posterior, disminuyendo la liberación de glutamato, norepinefrina y sustancia p ( 21 );
Efecto analgésico, antiepiléptico y ansiolítico. En este grupo hay medicamentos como Gabapentina y Pregabalina. Gabapentina tiene muchos ensayos clínicos positivos en dolor neuropático, en general es segura, con pocas interacciones farmacológicas. Puede dar somnolencia y mareos.
Dosis entre 300 y 1200 mg. Pregabalina tiene ensayos clínicos en NPH, NPD y dolor central efecto ansiolítico marcado. Dosis entre 50 a 300 mg. Anestésicos Locales (AL) Medicamentos estabilizadores de membrana y bloqueadores de los canales de sodio.
La lidocaína es la más usada y se puede utilizar en forma tópica para el dolor neuropático localizado, en forma de cremas de lidocaína (asociadas o no con pro-caína, ésta última denominada EMLA), las cuales generan una acción anestésica local. El uso de parches tópicos de lidocaína 5% han sido de gran uso en los últimos años y con numerosos ensayos clínicos que avalan su efectividad frente a placebo; es de primera elección en el DN localizado.
No tiene acción anestésica local. Los niveles sanguíneos son mínimos y es una forma segura y efectiva. Otra vía de administración de los AL es por vía EV, en dosis iniciales de 1–2 mg/kg peso; son útiles para crisis de DN.
En dolor crónico se usan en ciclos de días seriados ( 17 ). Segunda línea de medicamentos Opioides Se ha mostrado que los opioides son eficaces en múltiples cuadros de dolor neuropático. Se puede asociar a los de primera línea solos o combinados, en caso de que el dolor tenga una intensidad con EVA > 7 o en dolor por cáncer.
Se recomienda el uso de opioides de acción rápida en una primera etapa y de acuerdo a la evolución, continuar con opioides de acción prolongada. Entre los más útiles en el dolor neuropático por su acción farmacológica están el Tramadol, Buprenorfina, Oxycodona y Metadona.
El Tramadol es un opioide muy débil, que actúa además inhibiendo la recaptación de NAy serotonina. Existen varios ensayos clínicos de Tramadol en DN. Tercera línea de medicamentos Este grupo tiene evidencia B. Son de tercera línea, pero pueden usarse en segunda línea en algunas circunstancias (si el tratamiento opioide no estuviera indicado o si este grupo tuviera especial buen efecto en determinados pacientes).
Incluye algunos anticonvulsivantes, otros antidepresivos y es antagonista del Receptor NMDA. Anticonvulsivantes Grupo en el que están los bloqueadores de los canales de Na, como la Carbamazepina, actualmente sólo de primera línea en la Neuralgia del Trigémino y a veces útil en dolor neuropático periférico cuando predominan parestesias o dolor lancinante.
La Oxcarbazepina posee menos efectos secundarios que Carbamazepina. Lamotrigina, es anticonvulsivante de segunda generación y de uso especial en dolor neuropático generalizado; existen pocos estudios, series pequeñas. El ácido valproico (tres estudios positivos) o Topiramato también en estudios pequeños.
Antidepresivos Bupropión, Citalopram, Paroxetina. Tienen limitada evidencia. Otros: Mexiletina, antagonista Receptor NMDA (Ketamina , Memantina), Cannabinoides. Manejo del dn según cuadros clínicos Se recomienda la combinación de medicamentos, ya que en la mayoría de las circunstancias la monoterapia no es suficiente.
Existen interacciones benéficas, pero se debe tener en cuenta las interacciones potencialmente nocivas y siempre considerar las condiciones propias de cada paciente. La terapia combinada puede proporcionar analgesia más rápida y más eficaz. El éxito de la terapia farmacológica en el dolor neuropático es el resultado del balance entre la eficacia terapéutica, la intensidad y la frecuencia de los efectos secundarios.
- Para evitar efectos secundarios muy intensos se recomienda titular los medicamentos, lo que ayuda a la adherencia terapéutica;
- A veces se necesitan de varias semanas para alcanzar la dosis efectiva;
- El Número Necesario a Tratar (NNT) y el Número Necesario para tener una Reacción Adversa (NNH) son valores usados con el objetivo de comparar la eficacia y la seguridad de los diferentes tratamientos en condiciones de dolor neuropático;
El medicamento ideal es el que tenga el menor NNT y el mayor NNH. Si la primera línea de medicamentos sola o en combinación falla, se debe considerar la segunda y tercera línea de medicamentos o referir a un especialista en dolor o equipo de dolor multidisciplinario.
- Si consideramos consensos y manejo actual basado en la evidencia, se pueden dar los siguientes consejos de manejo de tratamiento según tipo de dolor y cuadro clínico: Dolor neuropático localizado Se ve en cuadros como NPH, atrapamientas nerviosos, NP diabética, DN Post quirúrgico;
La analgesia tópica es la primera elección para los pacientes con DN localizado Hay evidencia que sustenta el balance eficacia vs seguridad de los analgésicos tópicos con muy baja incidencia de efectos colaterales sistémicos. Se sugiere el parche de Lidocaína 5%, la capsaicina tópica en forma de parche y en altas concentraciones (8%) que ha sido efectiva por períodos prolongados.
Hay también formulaciones magistrales (con Ketamina, Lidocaína o Amitriptilina) que han demostrado ser útiles ( 25 ). La combinación de medicamentos para uso local con medicamentos orales es una buena alternativa, especialmente al comienzo del tratamiento ( 12 ).
Otro medicamento de reciente uso en dolor neuropático localizado es la toxina botulínica, con un efecto antihiperalgésico en el uso intradér-mico ( 21 , 24 , 25 ). Dolor neuropático difuso Las causas más frecuentes de neuropatías periféricas generalizadas son las nutricionales y metabólicas (diabetes mellitus, alcoholismo, deficiencias vitamínicas), quimioterápicos (platinos, taxoles, vincris-tiana), inmunológicas, infecciosas, tóxicas (arsénico, óxido de etileno, talio) ( 17 ).
- Los fármacos de elección son los antidepresivos tricíclicos, los cuales tienen el menor NNT, además de los antidepresivos duales (Duloxetina, Venlafaxina), gabapentinoides y opioides, si el dolor es muy intenso;
La polineuropatía por VIH no responde bien a estos medicamentos, aquí la Lamotrigina se ha descrito como eficaz (nivel B de evidencia). Dolor neuropático central Ocurre por lesiones o enfermedad de la médula espinal o en el cerebro. Puede verse en pacientes con AVE, mielopatías por VIH, trauma medular, siringomielia. Hay pocos ensayos clínicos en este grupo, se recomienda ( 21 ):
- – Tricíclicos para dolor post AVE
- – Gabapentinoides para lesiones medulares
- – Canabinoides para DN por esclerosis múltiple (evidencia grado B)
Dolor neuropático mixto no oncológico El lumbago crónico con compresión radicular puede tener características nociceptivas y neuropáticas. También el dolor post cirugía lumbar, Síndrome Dolor Regional Complejo y dolor por fracturas con compromiso nervioso son algunos ejemplos de este grupo. Se deben usar analgésicos puros asociados a antidepresivos y/o neuromoduladores En este grupo la terapia multidisciplinaria es de especial relevancia ( 26 ).
Dolor neuropático mixto oncológico Causas frecuentes: Dolor por infiltración tumoral y plexopatía por radioterapia. El dolor por infiltración es más refractario al tratamiento farmacológico debido a su condición progresiva ( 19 ).
Los antidepresivos, Gabapentinoides y opioides débiles como Tramadol u opioides potentes como Oxycodona, Buprenorfina o Metadona, son útiles en el dolor nociceptivo somático y visceral. El uso de corticoides en el DN oncológico por compresión nerviosa es de gran utilidad y mejora la calidad de vida del paciente oncológico.
Neuralgia del Trigémino DN de especial relevancia, como entidad propia debido a su frecuencia y a lo invalidante que puede llegar a ser. Se manifiesta como dolor agudo lancinante facial cuyo roce genera descarga de dolor.
Se produce por compresión en la zona de entrada de la raíz del nervio trigémino al tallo cerebral. Se produciría una desmielinización que genera la neuralgia por estímulos táctiles en la zona cutánea. El medicamento de primera elección es la Carbamazepina (nivel A); Oxcarbazepina es más segura que la Carbamazepina.
- Aquí no hay evidencia de la terapia combinada con otros medicamentos para el dolor neuropático;
- Hay evidencia de tratamiento intervencionista con RF en ganglio de Gasser, en caso de no utilidad del tratamiento farmacológico ( 26 );
Tratamiento intervencionista en el DN Existen situaciones en que la terapia farmacológica no es suficiente para hacer un manejo óptimo del dolor y es útil recurrir a procedimientos intervencionistas como parte de una terapia multimodal. Es así como se pueden realizar como complemento al tratamiento farmacológico y a veces como intervenciones únicas.
- Se pueden efectuar infiltraciones de nervio periférico, bloqueos de plexos y bloqueos del sistema simpático, que pueden ser en dosis única o en técnicas continuas;
- Los bloqueos pueden ser con anestésicos locales, asociados o no a corticoides, uso de toxina botulínica o técnicas de radiofrecuencia;
Los pacientes que no responden bien en una primera etapa sólo con tratamiento farmacológico deben ser derivados a Unidades de Dolor para evaluar posibilidad de terapia intervencionista complementaria. Conclusión El dolor neuropático está presente en un 20% de la consulta por dolor crónico.
Es más difícil de tratar que el dolor nociceptivo. Tiene características especiales de reconocimiento y tratamiento. Muchas veces está subdiagnosticado y subtratado. Los tricíclicos, antidepresivos duales, gabapentinoides y anestésicos locales, han demostrado eficacia en el dolor neuropático y se recomiendan como primera línea de uso.
Los opioides pueden usarse asociados en caso de dolor intenso. A pesar de la gran cantidad de ensayos clínicos en los últimos años, basados en los mecanismos de producción del dolor, aún es necesario consensos y guías de manejo ya que sigue siendo un dolor difícil de tratar.
- Los medicamentos con mayor evidencia en el manejo del DN tienen además efectos secundarios e interacciones que deben ser reconocidos, por lo cual se deben usar con precaución y dosis tituladas, especialmente en los ancianos;
Se usan en un contexto de terapia multimodal con uso de procedimientos intervencionistas si fuera necesario y un manejo multidisciplinario, particularmente en los casos difíciles de manejar. La autora declara no tener conflictos de interés, en relación a este artículo.
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Contents
- 1 ¿Cómo aliviar el dolor neuropático de manera natural?
- 2 ¿Qué especialista trata el dolor neuropático?
- 3 ¿Qué vitaminas son buenas para la neuropatía?
- 4 ¿Qué medicamento es bueno para los nervios inflamados?
- 5 ¿Qué medicamento es bueno para los nervios inflamados?
¿Cómo puedo saber si tengo dolor neuropático?
Síntomas del dolor neuropático – El dolor neuropático se percibe como quemazón, hormigueo o hipersensibilidad al roce o al frío. La hipersensibilidad al tacto se denomina alodinia. Incluso un ligero toque puede causar dolor. A veces el dolor neuropático es intenso y constante.
Si el movimiento es doloroso, la persona afectada puede ser reacia a mover la parte del cuerpo que le duele. En estos casos, los músculos que controlan la parte dolorosa pueden atrofiarse y el movimiento puede llegar a ser más limitado.
La persona sigue sintiendo dolor mucho después de que la causa haya remitido porque las estructuras del sistema nervioso se han modificado, volviéndose más sensibles al dolor. Los médicos basan el diagnóstico de dolor neuropático principalmente en función de lo siguiente:
- Síntomas
- Probabilidad de una lesión nerviosa
- Resultados del examen
- Fármacos (como analgésicos, antidepresivos y anticonvulsivos)
- Fisioterapia y/o terapia ocupacional
- Si es necesario, cirugía
- Estimulación de la médula espinal o de los nervios
- Un bloqueo del nervio
La comprensión de la naturaleza del dolor neuropático y de lo que cabe esperar a menudo ayuda a las personas afectadas a que se sientan más dueñas de su vida y a ser más capaces de controlar su dolor. El tratamiento del dolor neuropático puede variar en función del trastorno específico que lo provoca. Por ejemplo, si la causa es la diabetes, un mejor control de las concentraciones de azúcar en sangre puede ayudar a retardar la progresión del daño a los nervios que causa el dolor.
- El tratamiento del dolor neuropático se inicia a menudo con fármacos;
- Los medicamentos pueden ayudar a reducir el dolor, haciéndolo menos debilitante y perjudicial, pero a menudo es difícil aliviarlo por completo con medicamentos;
Se pueden administrar calmantes (analgésicos) para reducir el dolor neuropático. Los analgésicos empleados para el tratamiento del dolor neuropático son los siguientes: Sin embargo, los fármacos a menudo ofrecen sólo un alivio parcial y por lo general sólo en menos de la mitad de las personas con dolor neuropático.
- Continuar moviendo la parte dolorosa y evitar así que los músculos se atrofien
- Aumentar o mantener la amplitud de movimiento de la articulación
- Mejorar la funcionalidad
- Disminuir la sensibilidad del área afectada al dolor
La cirugía puede ser necesaria si el dolor se produce por una lesión que ejerce presión sobre un nervio. La estimulación de los nervios periféricos consiste en colocar unos finos cables debajo de la piel para estimular un nervio periférico individual. (Los nervios periféricos son los que están fuera del encéfalo y la médula espinal. ) Los cables se conectan a un pequeño dispositivo (estimulador) colocado en la superficie de la piel.
- Este tratamiento es particularmente eficaz para el dolor neuropático y se dirige mejor a la zona dolorida que la neuroestimulación eléctrica transcutánea (TENS);
- La colocación de los cables debajo de la piel es un procedimiento ambulatorio mínimamente invasivo, ya que requiere realizar pequeñas incisiones en la piel;
Los bloqueos nerviosos se utilizan para interrumpir una vía nerviosa que transmite o aumenta las señales de dolor. Los bloqueos nerviosos están indicados en caso de dolor intenso y persistente cuando los medicamentos no pueden aliviar el dolor. Se pueden emplear varias técnicas:
- La inyección de un anestésico local en la zona que rodea a los nervios para evitar que envíen señales de dolor (los médicos suelen utilizar la ecografía para ayudarles a localizar los nervios a tratar)
- La inyección en la zona que rodea a las agrupaciones de neuronas denominadas ganglios para ayudar a regular la transmisión de las señales de dolor
- La inyección de una sustancia cáustica (como el fenol) en un nervio para destruirlo
- La congelación de un nervio (crioterapia)
- Quemar un nervio con una sonda de radiofrecuencia
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¿Cómo se cura el dolor neuropático?
Medicamentos – Además de los medicamentos utilizados para tratar las afecciones asociadas con la neuropatía periférica, los medicamentos utilizados para aliviar los signos y síntomas de la neuropatía periférica incluyen:
- Analgésicos. Los analgésicos de venta libre, como los antiinflamatorios no esteroideos, pueden aliviar los síntomas leves. Para síntomas más graves, el médico podría recetarte otros analgésicos. Los medicamentos que contienen opioides, como tramadol (Conzip, Ultram, entre otros) u oxicodona (Oxycontin, Roxicodone, entre otros), pueden provocar dependencia y adicción, por lo que estos medicamentos generalmente se recetan solo cuando otros tratamientos fracasan.
- Medicamentos anticonvulsivos. Medicamentos como gabapentina (Gralise, Neurontin, Horizant) y pregabalina (Lyrica), creados para tratar la epilepsia, pueden aliviar el dolor neuropático. Los efectos secundarios pueden incluir somnolencia y mareos.
- Tratamientos tópicos. La crema de capsaicina, que contiene una sustancia que se encuentra en los pimientos picantes, puede causar mejorías moderadas en los síntomas de neuropatía periférica. Puedes sentir ardor e irritación en la piel donde te aplicas la crema, pero esto generalmente disminuye con el tiempo.
- Antidepresivos. Se ha descubierto que ciertos antidepresivos tricíclicos, como amitriptilina, doxepina (Silenor, Zonalon) y nortriptilina (Pamelor), ayudan a aliviar el dolor al interferir en los procesos químicos del cerebro y de la médula espinal que causan dolor. El inhibidor de la recaptación de serotonina y norepinefrina duloxetina (Cymbalta, Drizalma Sprinkle) y los antidepresivos de liberación prolongada venlafaxina (Effexor XR) y desvenlafaxina (Pristiq) también podrían aliviar el dolor de la neuropatía periférica causada por la diabetes.
Sin embargo, algunas personas no pueden tolerarlo. Los parches de lidocaína son otro tratamiento que se aplica a la piel y que puede ofrecer alivio del dolor. Los efectos secundarios pueden incluir somnolencia, mareos y entumecimiento en el sitio del parche.
Los efectos secundarios de los antidepresivos pueden incluir sequedad en la boca, náuseas, somnolencia, mareos, cambios en el apetito, aumento de peso y estreñimiento.
¿Cuánto tiempo dura el dolor neuropático?
Barcelona | viernes, 15 de septiembre de 2017 h | Entre 300. 000 y 600. 000 personas sufren en España dolor neuropático, causado por un mal funcionamiento o lesión en el sistema nervioso central o periférico. Si se mantiene durante un tiempo prolongado, el dolor neuropático puede causar un grave deterioro emocional, familiar, social y laboral en la vida de los afectados, por lo que se recomienda su tratamiento precoz.
Por desgracia, en el 65 por ciento de los casos el cuadro de dolor neuropático dura más de 12 meses. Además, el dolor neuropático puede ser muy difícil de tratar y sólo entre un 40 y un 70 por ciento de los pacientes consigue aliviarlo hasta un 30-40 por ciento.
Pregunta. ¿Qué tratamientos se emplean para combatir el dolor neuropático? Respuesta. Se sigue siempre un tratamiento escalonado que se inicia con fármacos, que muchas veces no son analgésicos, sino fármacos que actúan sobre el sistema nervioso central, como los antiepilépticos.
Si el paciente no responde, se puede recurrir a infiltraciones directas de fármacos o neurolisis, que consiste en la interrupción de la vía nerviosa que conduce el dolor, mediante procedimientos químicos o físicos, como la coagulación con radiofrecuencia.
En pacientes seleccionados se puede optar por interrumpir la conducción nerviosa anómala mediante sistemas de neuroestimulación eléctrica que interrumpen o mitigan la sensación dolorosa. También se pueden realizar pequeñas lesiones bien delimitadas en el sistema nervioso central, que frenan la propagación de la percepción dolorosa, ya que lo más importantes es evitar que esta percepción llegue a la corteza cerebral.
Uno de los procedimientos más innovadores es la técnica ResoFus. ¿En qué consiste? R. Esta técnica permite realizar lesiones selectivas en el sistema nervioso central mediante ultrasonidos focalizados. No es necesario llevar a cabo apertura cutánea o craneal.
Se lleva a cabo mediante múltiples haces de ultrasonido, guiados por resonancia magnética, que se enfocan en un punto y generan una lesión muy selectiva de pocos milímetros que permite desconectar el circuito que está funcionando de forma anómala. El ingreso dura pocas horas, y como el paciente es tratado mediante anestesia local podemos interactuar con él y ver las manifestaciones clínicas.
- ¿Qué riesgos presenta esta técnica? R;
- Un riesgo es que se pueda causar una lesión en una región anatómica no adecuada;
- Pero se puede controlar;
- El tratamiento se lleva a cabo con el paciente en el interior de un sistema de resonancia magnética, por lo que se realiza un control anatómico constante;
Como el paciente está consciente, la exploración clínica mantenida permite ver si las lesiones reversibles tienen efecto favorable. Si es así, se incrementa la potencia del ultrasonido. Si hay efectos adversos, variamos la diana, y afinamos hasta obtener resultados clínicos deseados.
Pueden darse otras complicaciones, como una hemorragia cerebral, pero hay muy pocos casos descritos. Por otro lado, el riesgo de infección es casi nulo, porque no se realiza ninguna incisión. ¿Cuál es el grado de eficacia de esta técnica? R.
En términos generales es del 60 por ciento, aunque todavía hay una experiencia limitada al respecto. Hay que tener en cuenta que se trata de pacientes que han fracasado en terapias previas y que llevan años con dolor neuropático. Sabemos que hay más índice de éxito en el dolor por el miembro fantasma.
- ¿El dolor neuropático puede restar mucha calidad de vida a los pacientes? R;
- Como el dolor es una experiencia sensorial y emocional, estos dolores tienen un componente emocional muy elevado;
- Alteran mucho la calidad de vida del paciente porque son difíciles de tratar;
Además, como no hay una lesión manifiesta, despiertan mucha incomprensión por parte del entorno del paciente. Muchos pacientes se pueden sentir excluidos de la vida laboral y social. La técnica ResoFus permite realizar lesiones selectivas en el sistema nervioso central” El dolor neuropático conlleva un importante sufrimiento emocional y resta calidad de vida”.
¿Cómo aliviar el dolor neuropático de manera natural?
El dolor nervioso (llamado dolor neuropático) es uno de los tipos de dolor más difíciles e incómodos. Ya sea que el dolor provenga de la diabetes, el herpes zóster, la fibromialgia, la quimioterapia u otras causas, este tipo de dolor ardiente, de quemazón y descarga eléctrica puede hacerte sentir miserable. Desafortunadamente, la mayoría de los médicos aún no están capacitados en el tratamiento del dolor nervioso y administran medicamentos antiinflamatorios como Motrin (que no son efectivos y matan a más de 16,500 estadounidenses innecesariamente cada año) o narcóticos, que son modestamente efectivos.
- La buena noticia es que el dolor nervioso es muy tratable;
- Muchos estudios han demostrado que el uso de apoyo nutricional con ácido lipoico 300 mg 2x día, Acetil-L-Carnitina 2,000 mg al día, Inositol (500-1,000 mg al día) y vitaminas B6 (50-100 mg al día) y B12 realmente puede ayudar a curar los nervios y disminuir o eliminar el dolor;
Los nervios toman tiempo para sanar, por lo que los remedios naturales deben tomarse durante 3-12 meses. Mientras tanto, algunas farmacias holísticas pueden hacer cremas poderosas que combinan múltiples medicamentos efectivos contra el dolor nervioso. Estas se frotan sobre las áreas dolorosas y pueden ser muy efectivas después de 1-2 semanas de uso.
Siendo frotada en la piel, aunque, la dosis total para el resto de su cuerpo es muy baja, por lo que es en gran parte ¡libre de efectos secundarios! Otros medicamentos también pueden ser muy efectivos.
El hecho de que los médicos no estén capacitados en el manejo del dolor no significa que tengas que tener dolor. ¿Quieres hacer que el dolor de tus nervios desaparezca? ¡Puedes! ¿Qué es el dolor nervioso? El término “dolor neuropático” o dolor nervioso, se refiere a una amplia gama de problemas que causan enfermedades o lesiones del sistema nervioso.
Es una categoría de síndromes de dolor y no un solo problema. El dolor neuropático puede provenir de un mal funcionamiento de los nervios o del cerebro asociado con una enfermedad (por ejemplo, diabetes, baja tiroides, etc.
), infecciones (por ejemplo, herpes zóster), nervios pellizcados, deficiencias nutricionales (por ejemplo, vitamina B6 y B12), lesiones (por ejemplo, accidente cerebrovascular, tumores, lesión de la médula espinal y esclerosis múltiple) y efectos secundarios de medicamentos / tratamientos (por ejemplo, radiación y quimioterapia, medicamentos para el SIDA, Flagyl®).
Se estima que el 50-80% de los diabéticos desarrollarán alguna lesión nerviosa y el 30-40% de estos tienen neuropatía diabética dolorosa a menos que se tomen medidas preventivas, como el apoyo nutricional.
El dolor neuropático afecta aproximadamente a 0. 6-1. 5% de la población de los Estados Unidos y al 25-40% de los pacientes con cáncer. Esto representa más de dos millones de estadounidenses. Las neuropatías se caracterizan por dolor ardiente, que se dispara (a menudo en áreas distantes) o punzante.
- También tiene una calidad “eléctrica” al respecto;
- También se observa hormigueo o entumecimiento (parestesias) y aumento de la sensibilidad con el tacto normal doloroso (alodinia);
- El dolor continuo a menudo está presente continuamente independientemente de lo que el paciente hace o no hace;
En algunos casos, el dolor se produce en ataques repentinos sin ningún desencadenante aparente. El diagnóstico se realiza predominantemente por historia y examen físico, ya que las pruebas a menudo ofrecen clínicamente pocos beneficios a menos que las pruebas busquen una causa tratable. Las pruebas de laboratorio deben incluir:
- Un hemograma (CBC) y una tasa de inflamación/sedimentación (ESR).
- Pruebas de tiroides con un T4 libre y TSH.
- Nivel de vitamina B12.
- Detección de diabetes a través del azúcar en la sangre en ayunas por la mañana y una hemoglobina glicosilada (HgBA1C).
El historial médico debe evaluarse para el exceso de consumo de alcohol , deficiencias de vitaminas, factores hereditarios o tratamiento con medicamentos que pueden causar lesiones nerviosas. Un examen neurológico también puede dar una indicación de la causa. El dolor nervioso a menudo se asocia con un proceso llamado “sensibilización central del dolor”. Los nervios y el cerebro son como cables que llevan información. Cuando se estimulan demasiado con dolor crónico , puede hacer que todo el sistema sea excesivamente excitable.
Al igual que con otros problemas de dolor, las neuropatías son costosas y mal tratadas. En presencia de dolor nervioso, es especialmente importante buscar causas tratables. En estas situaciones, el contacto normal y otro contacto generalmente cómodo pueden ser dolorosos.
Esto se llama alodinia. Los medicamentos que estimulan los receptores “calmantes (GABA)” en el cerebro, como varios medicamentos anticonvulsivos (ver más abajo), pueden ayudar a resolver el sistema y disminuir aún más el dolor. Comencemos con los tipos más comunes de dolor nervioso y cómo tratarlos.
Neuralgia postherpética (PHN) La neuralgia postherpética sigue a una erupción llamada herpes zoster. Es causada por el mismo virus que causa la varicela. La primera vez que contraes varicela, el virus permanece en las terminaciones nerviosas incluso después de que la varicela desaparece.
Esto generalmente no causa problemas. Sin embargo, si el virus se reactiva en una de las terminaciones nerviosas, causa una erupción a lo largo de la distribución del nervio. La erupción del herpes zoster se caracteriza por ser dolorosa y estar en una línea totalmente en un lado del cuerpo.
- Si se extiende más allá de la línea media de tu cuerpo, la erupción probablemente proviene de otra cosa;
- Si el dolor persiste después de que la erupción desaparece, continuando durante semanas o años (más de un año en la mitad de los pacientes de edad avanzada), se llama “Neuralgia postherpética (PHN)”;
El dolor tiende a ser ardiente, eléctrico o profundo y doloroso. Esto afecta entre 500,000 y 1 millón de estadounidenses, la mayoría de los cuales son ancianos. Puede alterar gravemente la vida de alguien, pero afortunadamente ahora puede tratarse eficazmente en la mayoría de los casos.
Neuropatía diabética dolorosa (PDN) Esta es la causa más común de neuropatía en los Estados Unidos. Las alteraciones en la sensación son comunes, y los pies, que se ven afectados con mayor frecuencia, pueden sentirse entumecidos y dolorosos al mismo tiempo.
Hay muchos factores que contribuyen a la lesión nerviosa en la diabetes, incluida la disminución de la circulación, la acumulación de subproductos tóxicos, el daño causado por azúcares elevados y deficiencias nutricionales. También hay cambios en el NMDA y los receptores de opiáceos.
La investigación ha demostrado que muchas personas que están etiquetadas como con neuropatía diabética en realidad experimentan dolor neuropático causado por la deficiencia de vitamina B6 o B12. Además, se ha demostrado que el nutriente inositol mejora la función nerviosa.
Los nutrientes ácido lipoicos y el Acetil-L-Carnitina también han demostrado ser muy útiles para los dolores diabéticos y otros dolores nerviosos, pero puede tomar de 3 a 12 meses para comenzar la curación del nervio. Así que dales tiempo para trabajar.
- Deficiencias nutricionales El dolor neuropático también puede ser causado por deficiencias de vitaminas B12, B1, B6, D, E y zinc (todas están presentes en el Sistema de Revitalización de Energía);
- Varios estudios han demostrado que diferentes tipos de dolor nervioso pueden mejorar mediante la suplementación con vitaminas B de alta dosis;
El exceso de vitamina B6 (más de 500 mg al día durante años), sin embargo, también puede causar neuropatía. También se demostró que la vitamina D, 2,000 unidades al día disminuye el dolor de neuropatía diabética en un 47% después de 3 meses. En pacientes con dolor de culebrilla de larga data, un estudio mostró que tomar 1,600 unidades de vitamina E (usa la forma natural) diariamente antes de una comida durante 6 meses fue notablemente útil para eliminar el dolor.
Otro estudio mostró que tomar dosis más bajas durante menos de 6 meses no fue efectivo. Deficiencias hormonales Las deficiencias hormonales, especialmente una tiroides poco activa, también pueden causar dolor neuropático y muscular.
Un ensayo terapéutico de la hormona tiroidea es razonable para cualquier persona que tenga los síntomas de hipotiroidismo incluyendo fatiga, intolerancia al frío, dolor, tener temperaturas corporales bajas, o aumento de peso inapropiado inexplicable. Atrapamientos nerviosos Un nervio pellizcado puede causar dolor nervioso en muchos lugares del cuerpo.
Dos de los más comunes son el dolor lumbar de la ciática y los dolores en la mano y, a veces, la muñeca del síndrome del túnel carpiano. La ciática generalmente desaparece sin cirugía mediante el uso de colchicina intravenosa (ver capítulo 14 de Libre de Dolor en 1-2-3 ), y el síndrome del túnel carpiano generalmente se resuelve después de 6 a 12 semanas con vitamina B6 (250 mg al día), hormona tiroidea y férulas de muñeca (ver capítulo 19).
Síndrome de Dolor Regional Complejo a (CRPS) Esto generalmente se manifiesta como un dolor terriblemente severo en una mano o pie, pero ciertamente puede extenderse a otros lugares. Ve el final de este capítulo en el libro Libre de dolor en 1-2-3 para una discusión detallada sobre el tratamiento efectivo.
¿Cómo puedo hacer que el dolor neuropático desaparezca? El dolor neuropático ocurre bioquímicamente, lo que lo convierte en un sistema muy fluido que a menudo se puede modificar rápidamente, lo que resulta en un alivio del dolor.
Muchos químicos diferentes (neurotransmisores) en tu cuerpo pueden estar involucrados en tu dolor, y por lo tanto vale la pena probar diferentes tipos de medicamentos para ver cuáles funcionan mejor en tu caso. Para muchos, tratar las deficiencias nutricionales y tiroideas y eliminar los espasmos musculares, que están comprimiendo los nervios, puede ser suficiente para eliminar el dolor.
Otros pueden necesitar tomar medicamentos para suprimir el dolor mientras buscamos formas de eliminar la causa subyacente. La mejor manera de saber qué químicos están involucrados en tu dolor nervioso es simplemente probar diferentes medicamentos (individualmente y, si es necesario, en combinación) para ver qué alivia tu dolor.
Básicamente, es como probarse diferentes zapatos para ver qué se adapta mejor. La buena noticia es que tenemos una gran variedad de “zapatos” que puedes probar y que probablemente te ayuden. Por supuesto, es fundamental comenzar eliminando las causas subyacentes de la neuropatía y dando a los nervios lo que necesitan para sanar.
Esto incluye el apoyo nutricional que hemos discutido. Además, en 1995 se encontró la participación de radicales libres en la excitación nerviosa, apoyando el uso de antioxidantes en el dolor nervioso. Desde entonces, el ácido lipoico antioxidante (300 mg 2 veces al día) ha demostrado ser útil en la neuropatía diabética y también debe probarse en otras neuropatías.
Te sorprenderá de cuánto beneficio puedes obtener con el tiempo simplemente al optimizar el soporte nutricional. Además, si estás cansado, intolerante al frío, experimentas dolor, tienes bajas temperaturas corporales o tienes aumento de peso, creo que es razonable considerar un análisis clínico de la hormona tiroidea natural independientemente de sus niveles en sangre.
Puede tomar de 3 a 6 meses para que las terapias tiroideas y / o nutricionales comiencen a funcionar, pero independientemente de la causa de tu neuropatía, este tratamiento puede resultar en la curación de los nervios.
Es razonable comenzar los medicamentos junto con el apoyo nutricional para que puedas obtener alivio del dolor lo más rápido posible. Si solo se trata de un área pequeña, tiene sentido comenzar con un parche de Lidocaína® (llamado Lidoderm). De lo contrario, prefiero comenzar con Neurontin® y / o antidepresivos tricíclicos.
- Todos los nutrientes orales recomendados discutidos anteriormente, excepto el ácido lipoico, Acetil-L-Carnitina y la mega dosis de 1,600 unidades de vitamina E, están contenidos en el polvo de vitamina del sistema de revitalización de energía y el complejo B;
Para el síndrome del túnel carpiano, agrega 200 mg de B6 al polvo. A continuación se presentan solo algunas de las diferentes categorías de tratamientos recetados que pueden ser útiles para el dolor nervioso. Ellos (junto con los tratamientos naturales) se discuten con más detalle en mi libro Libre de dolor en 1-2-3.
- Parche de lidocaína®, 5%. Este parche similar a Novocaina® se aplica directamente sobre el área de dolor máximo. Se puede cortar para adaptarse al área, y se pueden usar hasta cuatro parches a la vez (aunque el inserto del paquete dice solo tres). Se dejan durante 12 horas y luego se retiran durante 12 horas cada día, aunque informes recientes han sugerido que el parche se puede dejar hasta 18 horas y aún así ser seguro y eficaz.
- Comienza con el apoyo nutricional y tiroideo como se indicó anteriormente;
- A continuación, puedes agregar los siguientes medicamentos según sea necesario en el orden en que aparecen en la lista;
- Los resultados generalmente se verán dentro de dos semanas;
Debido a que el efecto es local, los efectos secundarios son mínimos. El efecto secundario más común es una erupción cutánea leve del parche. No debe usarse si eres alérgico a la novocaína / lidocaína. Es más probable que los parches sean útiles si el dolor se localiza en un área de tamaño moderado.
- Neurontin® y otros medicamentos para las convulsiones. Los medicamentos anticonvulsivos más nuevos, y algunos de los más antiguos, también pueden ser muy útiles para el dolor neuropático. Neurontin ha demostrado ser útil tanto para el herpes zóster como para el dolor de diabetes. Los efectos secundarios comunes incluyen sedación, mareos y, a veces, hinchazón leve en los tobillos al comenzar la terapia por primera vez.
Incluso en un área grande, los parches se pueden usar en los lugares más incómodos. La principal desventaja de los parches es que son caros. Sin embargo, si tienes seguro, generalmente estarán cubiertos. Estos efectos secundarios a menudo se pueden evitar comenzando con una dosis baja y aumentando la dosis lentamente.
Una dosis total común para Neurotonin es 600 mg, 3-4 veces al día.
- Antidepresivos tricíclicos. Estos incluyen medicamentos como Elavil®, Tofranil®, nortriptilina o doxepina.
- Geles tópicos. Una maravillosa nueva adición al tratamiento del dolor en general, y especialmente el dolor nervioso, es el uso de geles tópicos recetados. Se han desarrollado nuevos geles que aumentan notablemente la absorción de medicamentos a través de la piel. Al usar una dosis baja de muchos medicamentos diferentes en crema, uno puede obtener un efecto poderoso localmente con efectos secundarios mínimos.
Es mejor tener un farmacéutico con conocimientos en composición que te guíe a ti y a tu médico en la prescripción de estas cremas y geles. Para explorar un ejemplo de cómo tratar con estas cremas combinadas con apoyo nutricional, usemos el ejemplo de la neuropatía diabética.
Uno debe, por supuesto, comenzar con el control adecuado de los niveles elevados de azúcar en la sangre. El apoyo nutricional con altos niveles de vitamina B12, B6 e inositol también es importante en el dolor del nervio diabético, al igual que muchos otros nutrientes, como las vitaminas C y E, magnesio, antioxidantes y bioflavonoides (todos en el sistema de revitalización de energía).
- Además, el ácido lipoico 300 mg 2 veces al día ha demostrado ser útil para la neuropatía diabética;
- Se debe agregar un gel compuesto que contenga (como una de las muchas mezclas posibles) Ketamina 10%, Neurontin® 6%, clonidina 0;
2% y nifedipina debe añadirse a las áreas dolorosas (aplicar 1 g 3 veces al día según sea necesario). El apoyo nutricional en realidad puede hacer que el dolor desaparezca con el tiempo, mientras que la crema / gel puede agregar alivio sintomático. Otros medicamentos discutidos en este capítulo se pueden agregar según sea necesario para ayudar en el dolor neuropático.
- Antidepresivos como Effexor o Cymbalta.
- Ultram (Tramadol®). Este es un medicamento interesante que funciona en muchas áreas de dolor y en muchos tipos diferentes de dolor. Se ha demostrado que es eficaz para el dolor nervioso en un estudio controlado con placebo después de cuatro semanas.
- Topamax (Topiramate®)
- Lamictal (Lamotrigine®)
- Lyrica (Pregabalina) o Gabitril (Tiagabina®)
- Keppra®
- Trileptal® (oxcarbazepina)
- Dilantin®
- Capsaicina®
- Narcóticos. Los narcóticos solo son modestamente útiles, pero se consideran un tratamiento aceptado para el dolor neuropático.
- Benadryl® (difenhidramina). A veces recibimos ayuda de lugares inesperados. Los estudios han demostrado tanto en humanos como en animales que los antihistamínicos pueden ayudar al dolor, a pesar de que no sabemos por qué esto funciona. Incluso se ha encontrado que es útil en pacientes que fallaron el tratamiento con narcóticos pesados.
La mayoría de las personas encuentran que a largo plazo las terapias nutricionales y tópicas eliminarán o al menos darán un alivio marcado de tu dolor nervioso. Para un control inmediato, 1-2 medicamentos por vía oral suelen ser suficientes, pero doy esta larga lista (y más tratamientos se discuten en mi libro) para que sepas que tienes opciones y puedes liberarte del dolor. Para encontrar un médico que sepa cómo tratar el dolor, consulta el sitio web de la Academia Americana de Manejo del Dolor.
¿Por qué se produce el dolor neuropático?
Recursos de temas El dolor neuropático es el resultado del daño o la disfunción del sistema nervioso periférico o central, en lugar de la estimulación de los receptores para el dolor. El diagnóstico es sugerido por el dolor desproporcionado respecto de la lesión tisular, disestesias (p.
- ej;
- , ardor, hormigueos) y signos de lesión del nervio detectados durante el examen neurológico;
- Si bien el dolor neuropático responde a los opiáceos, a menudo el tratamiento se realiza con agentes coadyuvantes (p;
ej. , antidepresivos, anticonvulsivos, baclofeno , agentes tópicos). El dolor puede desarrollarse después de la lesión producida a cualquier nivel del sistema nervioso, periférico o central; el sistema nervioso simpático puede estar involucrado (y producir un dolor mantenido por vías simpáticas). Los síndromes específicos incluyen
- Avulsiones de la raíz
- Mononeuropatía traumática dolorosa
- Síndromes de dolor central (potencialmente causados por casi cualquier lesión en cualquier nivel del sistema nervioso)
La lesión o la disfunción de los nervios periféricos puede originar un dolor neuropático. Algunos ejemplos son Se presume que los mecanismos varían, y entre ellos cabe contar un aumento de los canales de sodio en los nervios en regeneración. Los síndromes de dolor neuropático centrales parecen involucrar la reorganización del procesamiento somatosensitivo central; las principales categorías de dolor son la desaferentización y el dolor mantenido por vía simpática. Algunos ejemplos son
- Dolor central (dolor después de lesión del sistema nervioso central)
Los mecanismos son desconocidos, pero pueden involucrar la sensibilización de las neuronas centrales con umbrales de activación y un aumento de tamaño de los campos receptores. El dolor mantenido por vía simpática depende de la actividad simpática eferente. El síndrome de dolor regional complejo a veces involucra el dolor mantenido por vía simpática. Otros tipos de dolor neuropático pueden tener un componente mantenido por vías simpáticas.
- Ambos son complejos y, si bien se presume que están relacionados, difieren sustancialmente;
- El dolor por desaferentización se debe a la interrupción parcial o completa de la actividad nerviosa aferente periférica o central;
Los mecanismos probablemente involucran conexiones nerviosas simpático-somáticas (efapsis), cambios inflamatorios locales y en la médula espinal. Las disestesias (el dolor ardiente espontáneo o evocado, muchas veces con un componente lancinante sobreagregado) son típicas, pero el dolor también puede.
- ai profundo y continuo;
- Otras sensaciones, por ejemplo hiperestesia, hiperalgesia, alodinia (dolor ante estímulos que no sean nocivos) e hiperpatía (respuesta dolorosa exagerada, particularmente desagradable) también pueden ocurrir;
Los pacientes pueden. ai reacios a mover la parte dolorosa de su cuerpo, lo que provoca atrofia muscular, anquilosis articular y movimiento limitado. Los síntomas son duraderos, con una persistencia típica una vez resuelta la causa primaria (si estaba presente una), porque el sistema nervioso central ha sido sensibilizado y remodelado.
El dolor neuropático es sugerido por sus síntomas típicos cuando la lesión nerviosa se conoce o se sospecha. La causa (p. ej. , amputación, diabetes) puede. ai fácilmente evidente. En caso contrario, el diagnóstico a menudo puede asumirse sobre la base de la descripción.
El dolor que mejora con un bloqueo nervioso simpático es un dolor mantenido por vía simpática.
- Terapia multimodal (p. ej. , tratamientos psicológicos, métodos físicos, antidepresivos o anticomiciales, neuromodulación, a veces cirugía)
Sin preocupación por el diagnóstico, la rehabilitación y las cuestiones psicosociales, el tratamiento del dolor neuropático tiene una posibilidad limitada de éxito. En las lesiones de los nervios periféricos, se requiere movilización para evitar los cambios tróficos, la atrofia por desuso y la anquilosis articular. La cirugía puede. ai necesaria para aliviar la compresión. Los factores psicológicos deben. ai considerados constantemente desde el inicio del tratamiento. Los agentes tópicos y un parche que contiene lidocaína pueden. ai eficaces para los síndromes periféricos. Otros tratamientos potencialmente eficaces incluyen
- La estimulación de la médula espinal por un electrodo colocado por vía epidural para ciertos tipos de dolor neuropático (p. ej. , dolor en las piernas crónica después de la cirugía de columna)
- Electrodos implantados a lo largo de los nervios periféricos y los ganglios para ciertas neuralgias crónicas
- El bloqueo simpático, que suele. ai ineficaz excepto para algunos pacientes con un síndrome doloroso regional complejo
- Bloqueo o ablación neural (ablación por radiofrecuencia, crioablación, quimioneurólisis)
- El dolor neuropático puede. ai resultado de la actividad eferente o de la interrupción de la actividad aferente.
- Considere el dolor neuropático si los pacientes tienen disestesia o si el dolor es desproporcionado a la lesión tisular y se sospecha la lesión del nervio.
- Tratar a los pacientes con múltiples modalidades (p. ej. , tratamientos psicológicos, métodos físicos, neuromodulación, antidepresivos o anticomiciales, analgésicos, cirugía) y recomendar la rehabilitación cuando sea apropiado.
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¿Qué empeora la neuropatía?
Cómo vivir con neuropatía periférica – Los síntomas de la neuropatía periférica pueden aliviarse o desaparecer con el tiempo, sin embargo en algunos casos nunca desaparecen. Aquí se brindan algunas maneras para aprender a vivir con esta afección:
- Use los analgésicos como su médico se lo indica. La mayoría de los analgésicos funcionan mejor si se toman antes que el dolor empeore.
- Evite todo lo que parezca empeorar el dolor, como ambientes calurosos o fríos, o ropa o calzado ajustado.
- Tome tiempo adicional para hacer las cosas. Pida a sus amigos que le ayuden con las tareas que le resultan difíciles.
- No tome alcohol. El alcohol puede causar daño nervioso por sí mismo y podría empeorar la neuropatía.
- Si tiene diabetes, controle su nivel de azúcar. Los niveles altos de azúcar en la sangre pueden dañar los nervios.
- Tenga mucho cuidado al usar cuchillos, tijeras y otros objetos afilados.
- Protéjase las manos usando guantes al limpiar, trabajar al aire libre o hacer reparaciones.
- Siéntese cuando lo necesita, incluso cuando se cepilla los dientes o mientras cocina.
- Cuide sus pies. Examínelos una vez al día para ver si tienen alguna lesión o llaga abierta. Use calzado que cubra todo el pie cuando camina, incluso cuando está en casa. Hable con su médico sobre el calzado o plantillas que puedan ayudar a proteger sus pies.
- Si tiene dificultad al caminar, apóyese en un andador o bastón. Considere instalar pasamanos en pasillos y baños.
- Use luces nocturnas o linternas cuando se levanta en la oscuridad.
- Protéjase de lesiones por calor. Fije los calentadores de agua entre los 40 y 50 °C (105 y 120 °F) para reducir el riesgo de quemaduras mientras se lava las manos. Use guantes de horno y posa fuentes al manipular platos calientes, rejillas o fuentes para horno. Controle el agua de la bañera con un termómetro.
- Mantenga las manos y los pies calientes y bien cubiertos en climas fríos.
- Si el estreñimiento constituye un problema, siga las recomendaciones de su médico sobre laxantes y ejercicios. Tome mucha agua y coma frutas, verduras y granos enteros para obtener suficiente fibra.
- Hable con su médico o enfermera sobre los problemas que está teniendo en la vida diaria. Ellos podrían sugerirle maneras para hacer que se sienta mejor o su cuerpo funcione mejor.
¿Qué tan grave es la neuropatía?
¿Qué causa la neuropatía periférica y cuánto tiempo durará? – Algunos medicamentos de quimioterapia pueden causar neuropatía, especialmente en dosis más altas o después de varias dosis. Los medicamentos quimioterapéuticos que pueden causar neuropatía incluyen los siguientes: vincristina , vinblastina , vinorelbina , Taxol , Taxotere , oxaliplatino , bortezomib y cisplatino.
La neuropatía periférica puede producirse de forma aguda, es decir, mientras se recibe un tratamiento o poco después y durar unos días, o puede ser crónica, es decir, de larga duración y persistente entre tratamientos.
Puede experimentar hormigueo, una sensación de pinchazos, entumecimiento en los dedos de las manos o los pies, especialmente en respuesta al frío. La sensación de hormigueo puede desencadenarse al comer, beber o tocar algo frío o incluso al respirar aire frío.
En general, los síntomas desaparecen a los pocos días de haber recibido el tratamiento, pero a veces persisten. En algunas personas, la neuropatía periférica puede volverse grave y provocar un entumecimiento constante en las manos o los pies, especialmente en aquellos que han recibido varias dosis de quimioterapia, conocidas por causar neuropatía.
Puede provocar dificultad para realizar tareas de motricidad fina con las manos, como abotonar una camisa, levantar objetos pequeños, o causar problemas para mantener el equilibrio o caminar. En general, los síntomas que continúan después de completar el tratamiento, mejoran o desaparecen en un plazo de 6 a 12 meses.
Algunas personas experimentan estos síntomas durante un período de tiempo más largo y, para otras, se vuelven permanentes. Ocasionalmente, durante la radioterapia o cirugía, pueden producirse lesiones o cicatrices, que ejercen presión sobre los nervios y causan neuropatía.
Y, finalmente, los tumores pueden ejercer presión sobre los nervios o liberar sustancias que los afectan.
¿Que no debo comer si tengo neuropatía?
27 Ene Los 5 mejores consejos para mejorar la neuropatía del Dr. Alfonso para 2020 – Posted at 10:37h en Neuropatía 1) Dejar de fumar: los cigarrillos y otras formas de tabaco causan daño a los vasos sanguíneos y tienen efectos negativos en la circulación que empeoran la neuropatía.
Este cambio de estilo de vida afectará en gran medida sus posibilidades de mejorar su condición de neuropatía. 2) Dieta saludable: comer una dieta saludable rica en nutrientes a partir de alimentos integrales naturales como una variedad de verduras, frutas, huevos y carnes.
Aumente los alimentos integrales que proporcionan vitaminas B, vitamina E y vitamina D. La luz solar es mejor para la vitamina D. Elimine o reduzca en gran medida los alimentos procesados. La mayoría de los artículos en una bolsa, envoltura o caja son generalmente altamente procesados con una nutrición mínima.
Además, generalmente aumentan el azúcar en la sangre y aumentan la inflamación causando más dolor. 3) Monitorear y controlar el nivel de azúcar en la sangre: El nivel elevado de azúcar en la sangre es una causa importante de neuropatía como resultado de la diabetes tipo 2.
Esto generalmente es causado por la dieta y el estilo de vida. La buena noticia es que con un poco de trabajo y dedicación puede mejorar enormemente y, en muchos casos, revertir la diabetes tipo 2 con una dieta y ejercicio adecuados. Esto tendrá un efecto importante en tu capacidad de curación.
- 4) Ejercicio y actividad diaria: sentarse en casa no mejorará su condición;
- Sal de la casa;
- Desarrolle un programa de ejercicios que funcione para usted para mejorar su estado físico y su salud;
- Realiza múltiples caminatas al día;
Únete a un gimnasio o clases de ejercicio. Crea un programa de ejercicios en casa que disfrutes. Contrata a un entrenador personal para mayor responsabilidad y motivación. El mensaje clave es que debes ser constante y moverte y hacer ejercicio todos los días para mantenerte saludable.
- El ejercicio y la actividad física ayudarán a controlar el azúcar en la sangre, aumentar la circulación, mejorar el sueño, mejorar el estado de ánimo y disminuir el peso cuando se combina con una dieta saludable;
5) Revise sus pies diariamente: si sus pies se ven afectados por la neuropatía, controle sus pies diariamente para detectar cambios de color o heridas. Asegúrese de usar calcetines y zapatos cómodos. Los zapatos y calcetines ajustados pueden aumentar el dolor, el entumecimiento y las heridas.
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¿Qué especialista trata el dolor neuropático?
1 Servicio de Neurología 2 Unidad Multidisciplinaria de Dolor Crónico. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid Recibido: 25-01-05. Aceptado: 22-02-05. INTRODUCCIÓN Tras la Segunda Guerra Mundial, como respuesta por un lado al hallazgo de que los bloqueos de vías nerviosas con anestésicos locales eran útiles para el tratamiento del dolor, y por otro, a la conciencia creciente de que los pacientes con dolor crónico no recibían un diagnóstico y tratamiento correcto dada su complejidad, surgen en Estados Unidos los primeros programas multidisciplinarios para el estudio y tratamiento del dolor.
Uno de los primeros, bien descrito en la literatura, es el formado por el doctor John J. Bonica en el Hospital General de Tacoma en Washington, que se convirtió en clínica a finales de los años cincuenta (1).
A partir de esa fecha las Unidades del Dolor se extendieron primero por Estados Unidos y después por Europa y el resto de los países desarrollados, llegando también a España, donde todavía se siguen creando. Así la Unidad para el Estudio y Tratamiento del Dolor del Hospital Universitario 12 de Octubre, primera en nuestro país, se creó con carácter multidisciplinar por una disposición de la Dirección General del Insalud el 28 de noviembre de 1981, siendo su primer director el doctor J.
Madrid Arias y, como médico adjunto con dedicación exclusiva, la doctora L. Vicente-Fatela, coautora de este artículo, siendo dotada de espacio físico propio, camas de hospitalización y medios técnicos. Las Unidades del Dolor nacieron como clínicas multidisciplinares, que debían contar con anestesiólogos (los especialistas mejor preparados para realizar técnicas diagnósticas y terapéuticas intervencionistas, manejar fármacos anestésicos y analgésicos y sus diferentes vías de administración), neurocirujanos (para la realización de técnicas neuroquirúrgicas), neurólogos, rehabilitadores, cirujanos ortopédicos, internistas, psiquiatras y psicólogos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, terapeutas sociales y enfermería entrenada.
En situación ideal, este equipo, con dedicación parcial o total al dolor, debería estar en un hospital general con posibilidad de poder realizar interconsultas a otros servicios, disponer de laboratorio y radiología, así como programas de docencia e investigación.
- Sin embargo, con la extensión de las unidades, han variado su composición o su función, perdiendo su condición de multidisciplinares (así se encuentran unidades formadas en exclusiva por anestesiólogos, por neurocirujanos, por neurólogos, por rehabilitadores), especializándose en un método de tratamiento (clínicas unimodales dedicadas a bloqueos nerviosos, electroestimulación, acupuntura, ozonoterapia, salud mental, etc;
) o en un síndrome específico (centros para dolor lumbar, cefalea, dolor oncológico, lesión medular). La Sociedad Española del Dolor (2) en su página de acreditaciones, señala que para ser una unidad multidisciplinar para el estudio y tratamiento del dolor (nivel IV) deben estar integradas por al menos dos especialidades médicas en el staff (uno de ellos anestesiólogo o neurocirujano), así como un psicólogo, y debe contar con colaboradores de, al menos, tres especialidades diferentes.
Dichos colaboradores deben estar nominados y tener una relación estable con los miembros de la unidad del dolor mediante la realización de sesiones interdisciplinares. Es en este contexto donde se sitúa la existencia de un neurólogo colaborador.
El papel inicial de un neurólogo en la unidad del dolor es el diagnóstico del dolor neuropático, la comprensión de sus mecanismos y la planificación de acuerdo con ellos de su tratamiento (3). El dolor neuropático es el dolor producido por la lesión o disfunción del sistema nervioso nociceptivo; constituye un dolor muy frecuente, que afecta a unos dos millones de españoles (4), de difícil manejo.
- Pero dicho papel se extiende a prácticamente todos los pacientes con dolor crónico, ya que el dolor neuropático está presente como componente fundamental o secundario en estos pacientes, siendo muchas veces difícil o imposible su separación, e incluso pacientes con otros tipos de dolores (nociceptivo somático o visceral y psicológico) se benefician de la evaluación diagnóstica y terapeútica, dado que también en ellos interviene un sistema nervioso intacto en el primer caso, o con activación exclusiva de su componente afectivo-emocional o del nivel cognitivo en el segundo;
La Unidad Multidisciplinaria de Dolor Crónico del Hospital “12 de Octubre” estaba compuesta, en el momento de realizar este estudio, por una anestesióloga, una internista y un reumatólogo con dedicación absoluta. Junto a ellos trabajaba una rehabilitadora y una psicóloga especializada en este tipo de pacientes.
- En este contexto se crea, como colaboración estable, una consulta de apoyo de neurología, especialidad que tradicionalmente no ha participado en la atención de estos pacientes;
- Describimos la actividad de esta consulta durante seis meses;
MATERIAL Y MÉTODOS La consulta de Neurología ocupa uno de los despachos de la Unidad, es desempeñada por un neurólogo con interés en dolor que, un día por semana, valora los pacientes remitidos por la propia unidad, ya sean estos nuevos (como parte de la valoración inicial de pacientes con dolores complejos), sucesivos en la unidad (como parte del seguimiento y de valoración de la respuesta al tratamiento), o los remitidos a esta como segunda opinión.
El fin de la consulta no es sustituir o corregir al especialista que lleva al paciente, sino contribuir, si es posible, a un mejor diagnóstico o manejo del paciente con dolor crónico complejo. El tiempo asignado a cada paciente nuevo oscila entre cuarenta y cinco minutos a una hora, pudiendo ser mayor en casos seleccionados.
Este tiempo es muy superior al que dispone un neurólogo en una consulta ambulatoria del área, lugar donde estos pacientes eran remitidos previamente, que en esta zona oscila entre siete y diez minutos. Una vez valorados los pacientes, de cada uno emite un informe de interconsulta en el que consta una opinión diagnóstica, se aconseja sobre el estudio y el plan de tratamiento, y se decide su seguimiento.
- Los pacientes se discuten con el miembro de la unidad remitente o, si son de especial complejidad, con toda la unidad en una sesión semanal;
- Se analizan las características demográficas (edad, sexo, estado civil, profesión, situación laboral), el servicio de procedencia a la unidad, motivo de consulta y motivo de consulta neurológico, tratamiento previo, intensidad del dolor, tiempo de evolución, diagnóstico, presencia e importancia del dolor neuropático, presencia o ausencia de patología psiquiátrica, laboral o judicial, y si hubo o no tras la consulta, modificación en el diagnóstico etiológico, fisiopatológico, tratamiento, pronóstico y seguimiento;
En los apartados oportunos se hizo una comparación con los pacientes con dolor neuropático atendidos en la consulta de neurología general, actividad que ocupa la mayor parte del trabajo asistencial del primer autor, y con los atendidos en la unidad, datos recopilados pero no publicados previamente.
RESULTADOS Durante los seis meses analizados se valoraron sesenta y dos pacientes nuevos (omitimos del análisis los pacientes que se vieron en esta consulta de modo sucesivo). La edad media fue de 55,5 años, con una moda de 68, ya que raramente se valoran pacientes de edad pediátrica.
La edad media es un poco mayor que la general de los pacientes de la unidad, y se aproxima a la de la consulta de neurología de área. Prácticamente la mitad fueron varones y la otra mujeres (53,2/46,8%). El 80% de los pacientes están casados o viven en pareja, pero un 5% viven solos.
El 43% de los pacientes estaban jubilados, lo que corresponde a la moda de edad, coherente con una población anciana, pero hasta un 30% estaban de baja, casi un 10% tenía reconocido algún grado de invalidez y tan sólo un 15% estaban trabajando.
La mayoría de los pacientes remitidos a esta consulta de Neurología en la unidad del dolor provienen originalmente de Traumatología (25,8%), Neurocirugía (22,6%), Neurología (11,3%), Reumatología (9,7%) y Rehabilitación (8,1%). Los pacientes enviados para una segunda opinión desde otra unidad de dolor fueron el 9,7%.
- La distribución es similar a la de los pacientes remitidos por cualquier tipo de dolor a la unidad, salvo por una mayor representación de los pacientes enviados por Neurología y para segunda opinión, y una menor de los remitidos por Psiquiatría;
El motivo de consulta principal fue el de dolor lumbar y en extremidades inferiores, acorde con el atendido en la unidad. El motivo de consulta neurológico más importante fue buscar el diagnóstico, etiológico o sobre todo de los mecanismos fisiopatogénicos involucrados en el dolor crónico del paciente, siendo mucho menos importante la demanda de una valoración terapéutica.
- El resto fue como parte de una valoración inicial multidisciplinar de pacientes complejos y para segundas opiniones;
- El diagnóstico neurológico mayoritario fue el de radiculopatía, junto al de dolor nociceptivo somático articular lumbar, acorde con la gran demanda de pacientes, operados o no, con dolor lumbar o lumbociático que recibe la unidad;
Tras este diagnóstico destacaba el de síndrome de dolor regional complejo y a continuación están las neuropatías periféricas, las polineuropatías, los dolores medulares, de amputación y psicógeno. La mayoría de los pacientes recibían ya tratamiento analgésico e incluso un tercio recibía tratamiento para el dolor neuropático (básicamente gabapentina y amitriptilina), referían una intensidad de dolor media-alta y un tiempo de evolución medio de 38,2 meses (moda de 24 meses), siendo por tanto dolores crónicos.
Había problemática psiquiátrica asociada (entendiendo por esta la que requirió consulta psiquiátrica o psicológica) en casi la mitad de los pacientes (43,5%), algo menor que la general de la unidad, y laboral (entendiendo por ella bajas laborales prolongadas o procesos de tribunales laborales) en el 22,6%, explicable por la media de edad, también un poco superior a la de la unidad.
Obviamente, la mayoría de los pacientes remitidos tenían dolor neuropático, ya fuera como componente fundamental de su dolor crónico o sobre todo de modo asociado, pero sorprendentemente un 17,7% no lo tenían. Esta consulta modificó el diagnóstico etiológico en un tercio de los pacientes (32,3%), destacando en esta proporción las segundas opiniones y los síndromes de dolor regional complejos.
Hubo modificación en su diagnóstico fisiopatogénico en un 88,7%. Se aconsejó una modificación del tratamiento como consecuencia del dato anterior en un 56,5% de los pacientes, se modificó el pronóstico o se le explicó con respecto a los nuevos datos al 24,2% de los pacientes y se recomendó una nueva consulta a un 30,6% de los pacientes, si bien el seguimiento siempre depende de la opinión de los otros médicos de la unidad.
DISCUSIÓN En los últimos años asistimos a un aumento en la demanda de unidades especializadas en el manejo del dolor. Hay un triple motivo para ello. El primero, presente en nuestra área, es el simple aumento demográfico de la población asistida, originado por la construcción de nuevos barrios, por la importante llegada de población inmigrante (5), por la población desplazada (en general pacientes ancianos que habitaban un medio rural y que vienen a vivir con sus hijos cuando son dependientes) y últimamente por el trasvase de población atendida por seguros privados, trabajadores de grandes empresas, que con la extinción de los mismos pasan a la sanidad pública.
El segundo es el aumento de la esperanza de vida de los españoles que conlleva un mayor número de pacientes ancianos, con enfermedades degenerativas o asociadas a la edad, muchas de las cuales cursan con dolor, lo que junto a un aumento del nivel cultural, hace que exijan una mayor calidad de vida en la cual, uno de los factores limitantes, es el dolor (6).
El tercero es el aumento de la complejidad de los cuadros dolorosos que se atienden; los pacientes que acuden a las unidades del dolor son pacientes con información previa (lo cual no quiere decir que esta sea de calidad), pluripatología, experiencia con fármacos, terapias alternativas y, a menudo, sometidos a diversos procedimientos invasivos o quirúrgicos con importante iatrogenia.
En este contexto de mayor demanda y complejidad es donde las clínicas o centros multidisciplinarios del dolor tienen su papel. De hecho, actualmente las unidades del dolor no se entienden si no son multidisciplinares (7) y así, existen llamamientos firmes de organismos internacionales como la IASP para que se constituyan unidades multidisciplinares en todos los países (8).
Es en este contexto, como especialista colaborador en una Unidad del Dolor donde surge el papel del neurólogo, en principio involucrado en el manejo del paciente con dolor neuropático crónico. El dolor neuropático (aquel causado por una lesión o disfunción del sistema nervioso) es uno de los cuadros álgicos más frecuentes, complejos y rebeldes al tratamiento.
Ello es debido a una doble vertiente: por una parte es un dolor de difícil diagnóstico (en ocasiones no existe una etiología clara descubierta por las pruebas diagnósticas, coexisten otros factores -psiquiátricos, medicolegales, psicosociales- que pueden modificar la expresión de la enfermedad, los diagnósticos pueden no tener un significado etiológico -dolor facial atípico, fibromialgia- o se requiere una perspectiva histórica de la evolución del paciente) (3); y por otra, es un dolor de complicado tratamiento, ya que responde mal a los analgésicos convencionales (antiinflamatorios no esteroideos, opiáceos) y aunque hay tratamientos que palian el problema, no existe tratamiento definitivo establecido (9).
La causa última de nuestro relativo fracaso en el diagnóstico y terapia del dolor neuropático reside en nuestra falta de conocimientos sobre los mecanismos fisiopatológicos responsables del mismo. Y es esta la clave actual para el manejo de estos pacientes, en los que se aconseja modificar el enfoque tradicional del tratamiento, pasando de la etiología y la distribución topográfica a los posibles mecanismos fisiopatogénicos implicados en cada paciente, adaptando las terapias a estos últimos.
En los pacientes con dolor neuropático la relación entre etiologías, mecanismos fisiopatogénicos y síntomas es compleja. Así el dolor que se manifiesta en diversas enfermedades puede deberse a mecanismos comunes.
Un mecanismo del dolor no es consecuencia inevitable de una determinada enfermedad, y de hecho, sólo unos pocos pacientes sufrirán dolor neuropático sin que podamos predecir cuáles serán. Un mecanismo puede ser responsable de diferentes síntomas. Es más, el mismo síntoma en dos pacientes puede ser causado por diferentes mecanismos.
Finalmente, en un mismo paciente puede actuar más de un mecanismo, y estos pueden cambiar con el tiempo. De ahí que sea imposible predecir los mecanismos responsables del dolor basándose sólo en la etiología o en la distribución y naturaleza de los síntomas.
Por ello se aconseja en la literatura actual un cambio de estrategia, consistente en identificar los mecanismos involucrados, que expliquen los síntomas y signos de cada paciente, y hallar así el tratamiento óptimo para cada paciente. El primer paso imprescindible en el tratamiento de cualquier paciente con dolor neuropático es el estudio y disección de los diferentes fenómenos positivos presentes, y su adscripción a mecanismos fisiopatológicos concretos (10).
Y así, es el neurólogo consultor un especialista que puede ser útil para colaborar en el diagnóstico, para comprender sus mecanismos, y para ayudar a planificar el tratamiento. Es con este ánimo como surge la consulta de neurología aquí expuesta.
Dicha consulta intenta sustituir los tradicionales partes de interconsulta de la Unidad del Dolor al Servicio de Neurología, que acababan recayendo en consultas ambulatorias saturadas, vistos por distintas personas, no siempre interesadas en este campo, en un tiempo escaso, sin contacto directo con los miembros de la Unidad, sin involucrarse con pacientes tan complejos, ni participar del proceso terapéutico de los mismos.
- Cuando se analizan los resultados de la consulta de neurología dentro de la Unidad del Dolor llaman la atención varios hechos;
- La edad media de los pacientes atendidos es un poco mayor que la general de los pacientes de la unidad y se aproxima a los de la consulta de neurología ambulatoria de neurología;
Este hecho es coherente con el hallazgo de que numerosas enfermedades asociadas a la edad o degenerativas causan dolor, en especial articular y neuropático, y que este es causa de consulta por constituir un motivo de disminución de la calidad de vida.
En este grupo de población se observa asimismo un gran número de personas, en especial mujeres que viven solas. De modo lógico, la mayor parte de los pacientes estaban jubilados, pero hasta un 30% estaban de baja y casi un 10% con algún grado de invalidez, hecho observable en el conjunto de pacientes referidos a la unidad.
La alta proporción de pacientes con bajas prolongadas o con invalidez muestra la importancia de estas unidades, no sólo para mejorar la calidad de vida de los pacientes sino también los costes sociales y económicos que estas patologías crónicas representan.
La distribución de los servicios de procedencia inicial de los pacientes es similar a la de los pacientes remitidos por cualquier tipo de dolor a la unidad, salvo por una mayor representación de los pacientes enviados por Neurología (como era de esperar para dolores neuropáticos) y para segunda opinión (ya que, como hemos expresado más arriba, el dolor neuropático suele ser de difícil diagnóstico y manejo terapéutico).
El motivo de consulta principal fue el de dolor lumbar y en extremidades inferiores, acorde con el atendido en la unidad. La cefalea, más prevalente en la población general que el dolor lumbar y primera causa de demanda sanitaria en la consulta de Neurología ambulatoria, prácticamente no llega a las Unidades del Dolor, seguramente por estar bien tratada en medicina de familia y neurología y porque no suelen requerir, salvo excepciones, otras terapias diferentes de las farmacológicas.
El motivo de consulta neurológico (expresado libremente por los médicos de la Unidad del Dolor remitentes del paciente) más importante fue buscar el diagnóstico etiológico, o sobre todo de los mecanismos fisiopatogénicos involucrados en el dolor crónico del paciente, siendo mucho menos importante la demanda de una valoración terapéutica.
Esto concuerda con uno de los objetivos iniciales de esta consulta, hacer una adecuada exploración de los fenómenos positivos presentes y su adscripción a mecanismos fisiopatogénicos, para adecuar las opciones terapéuticas al dolor del paciente. Por ello algunos pacientes fueron vistos como parte de una valoración inicial multidisciplinar en dolores complejos, pero llama la atención las numerosas valoraciones para segundas opiniones remitidas desde otros centros.
El diagnóstico neurológico mayoritario fue el de radiculopatía, junto al de dolor nociceptivo somático articular lumbar, acorde con la gran demanda de pacientes, operados o no, con dolor lumbar o lumbociático.
Tras este diagnóstico destacaba el de síndrome de dolor regional complejo, diagnóstico este realizado en muchas ocasiones por vez primera en esta unidad, entidad que sospechamos está infradiagnosticada y, por tanto, mal tratada. La distribución de las causas de consulta (según hemos detallado en los resultados) es representativa de los dolores neuropáticos remitidos a la unidad.
- Pero cuando comparamos con los pacientes con dolor neuropático que acuden a la consulta de neurología ambulatoria, actividad usual del primer autor del estudio, además de cefaleas (que son bien manejadas en general por atención primaria y neurología, no suelen requerir terapias no farmacológicas y por ello no suelen llegar a las unidades del dolor), lumbociáticas (de menor intensidad de dolor, en general no intervenidas, entidad compartida con otras especialidades) y polineuropatías dolorosas, se observan algunos cuadros que a veces podrían requerir técnicas intervencionistas no disponibles en estas consultas o no realizadas por neurólogos, o que se podrían beneficiar de una valoración multidisciplinar (dolor neuropático central -postictus-, medular, plexopatías, neuralgias postherpéticas) que no llegan a las unidades del dolor, probablemente por la falta de neurólogos con interés en dolor integrados en ellas;
De hecho, como respuesta a esta demanda, se están creando consultas y unidades unidisciplinares de dolor neuropático, en paralelo con las unidades del dolor (11), un modelo distinto al analizado en este artículo, que creemos tiene el inconveniente de perder la valoración multidisciplinar que al final tiene como objetivo aumentar y mejorar las opciones terapéuticas de los pacientes.
- Pero es más, cuando se observan los estudios de prevalencia de dolor neuropático en la población, con el gigantesco coste personal y económico que conlleva (12,13), se observa que la mayoría de estos pacientes, más aún si son ancianos (14,15), no alcanzan una atención especializada y se quedan en atención primaria, con lo que potencialmente privamos de tratamiento a un gran porcentaje de población;
Es obvio, que al igual que está ocurriendo en los Estados Unidos y en otros países desarrollados, la demanda de profesionales y unidades que traten pacientes con dolor neuropático aumentará en nuestro país (16). Si analizamos los tratamientos previos, es interesante observar que muchos pacientes, amén de diversas pautas analgésicas, ya han sido tratados con fármacos utilizados preferentemente para el dolor neuropático (básicamente gabapentina, pero también otros antiepilépticos, y amitriptilina, y también otros antidepresivos más modernos), en ocasiones con dosis, pautas o periodos de tiempo incorrectos, sin un claro objetivo fisiopatológico, sin una explicación al paciente de los efectos buscados y esperables, y lo que es peor, abandonados por efectos secundarios o falta de respuesta que no son tales, quemando tratamientos útiles.
La mayor parte de los pacientes tenían dolores crónicos (lo que dificulta el tratamiento), de intensidad suficiente para repercutir en las actividades diarias, y con problemática psiquiátrica, laboral, judicial o de perjuicio asociadas, todo ello similar a las características de los pacientes que recibe la unidad.
Lógicamente la mayoría de los pacientes vistos tenían dolores neuropáticos, a veces como componente fundamental, pero de modo más frecuente como dolor asociado. Sorprendentemente casi un quinto de los pacientes no tenían dolor neuropático. Son estos dos últimos datos los que aconsejarían junto a una valoración psicológica, una valoración neurológica inicial en pacientes con dolores crónicos complejos, independientemente de la sospecha de un componente neuropático, aumentando así la cantidad de pacientes con dolor de cualquier tipo que se pueden beneficiar de una valoración neurológica y de la participación del neurólogo en el proceso terapéutico.
Esta consulta modificó el diagnóstico etiológico en un tercio de los pacientes, proporción sorprendente en una Unidad del Dolor, que teóricamente en nuestro medio atiende a pacientes ya bien estudiados en otros servicios.
Destacan en esta proporción las segundas opiniones y los síndromes de dolor regional complejos. Esta última entidad, tan variable y desconcertante, es hoy un reto no sólo diagnóstico sino sobre todo terapéutico a menudo infradiagnosticado y mal tratado (17).
Hubo modificación en su diagnóstico fisiopatogénico en casi un 90% de los pacientes. Este dato es, en nuestra opinión, el que justifica una evaluación neurológica de la mayoría de los pacientes con dolor crónico complejo, ya que la tendencia actual frente al dolor de estos pacientes es planificar el tratamiento, como hemos explicado, no por etiologías, sino por los mecanismos fisiopatogénicos presentes en cada paciente.
Esto repercute en un correcto tratamiento y probablemente será la forma de evaluar los diferentes tratamientos sobre el dolor neuropático en los ensayos futuros (10). Como consecuencia del dato anterior se aconsejó una modificación o mejora del tratamiento en más de la mitad de los pacientes, se contribuyó a la explicación del dolor y de los efectos esperables del tratamiento, y se recomendó una nueva consulta a un tercio de los pacientes, si bien el seguimiento depende de la opinión de los otros médicos de la unidad.
Dado que, como hemos hablado, el dolor neuropático es un tipo de dolor crónico ligado a la edad, con prevalencia creciente, de difícil diagnóstico y tratamiento, y por definición no es una enfermedad sino un síntoma neurológico, parece claro, como así mostramos en el artículo, que la presencia de un neurólogo como consultor de una unidad multidisciplinaria del dolor contribuye al diagnóstico etiológico y sobre todo fisiopatológico del dolor, confirma o descarta la presencia de dolor neuropático y el posible mecanismo del mismo, indica tratamientos para dicho componente, participando en el proceso terapéutico del mismo, y por último, puede ayudar a explicar al paciente la naturaleza de su dolor, seguimiento y pronóstico.
Según algunos autores, además podría reducir el número de consultas a otros especialistas, así como el número de pruebas diagnósticas y aumentar las opciones terapéuticas de estos pacientes (3). Como datos inesperados en esta consulta hemos observado cómo muchos dolores neuropáticos no llegan a estas unidades, probablemente por su escaso número y por el desconocimiento de médicos de familia y población de las posibilidades terapéuticas, y que el neurólogo también tiene un papel en la valoración diagnóstica y terapéutica de otros tipos de dolor crónico, incluyendo no sólo los que tienen un componente mixto (neuropático y no neuropático), sino también en dolores nociceptivos (en los que el sistema nervioso está intacto y transmite correctamente un dolor “patológico”) y psicógenos, en los que hay una activación del componente cognitivo o emocional del dolor sin mecanismo nociceptivo o neuropático identificable.
- Presentamos la labor de una consulta de neurología dentro de una unidad multidisciplinar del dolor;
- El neurólogo contribuye al diagnóstico y tratamiento de los pacientes tanto con dolor crónico neuropático, un dolor de importancia creciente y manejo difícil, cuyo tratamiento se debe basar, no tanto en la etiología, sino en los mecanismos fisiopatogénicos involucrados, como con el resto de pacientes con dolor crónico complejo;
Creemos que esta labor dentro de una unidad multidisciplinar, siempre en colaboración y no en competencia con otros médicos especialistas con otra formación, es lo más útil para el correcto tratamiento de estos pacientes y que su generalización, así como una mayor educación de la población, contribuirá a que un mayor número de pacientes que hoy no llegan a estas unidades, puedan beneficiarse de las terapias existentes.
- Estudios futuros deben aclarar el papel del neurólogo en nuestro medio en el campo del dolor;
- CORRESPONDENCIA: Antonio Martínez-Salio Unidad Multidisciplinaria del Dolor Hospital Universitario 12 de Octubre Ctra;
de Andalucía, km. 5,400 28041 Madrid Telf. : 913 908 000 (ext 8300) e-mail: amsalio@yahoo. com BIBLIOGRAFÍA 1. Loeser JD. Programas multidisciplinarios contra el dolor. En Bonica Terapéutica del Dolor. Tercera Edición. México: Ed. McGraw-Hill Interamericana, 2003. [ Links ] 2.
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¿Qué vitaminas son buenas para la neuropatía?
Vitamina B-12 – La vitamina B-12 está presente en algunos alimentos y ayuda a la correcta función nerviosa y a la producción de glóbulos rojos. Las personas que no consumen suficiente vitamina B-12 pueden tener un mayor riesgo de presentar una neuropatía y otros problemas del sistema nervioso (neurológicos). Ciertos medicamentos pueden provocar una deficiencia de B-12, por ejemplo:
- Metformina (Glumetza, Riomet, otros), un medicamento utilizado para tratar la diabetes tipo 2
- Inhibidores de la bomba de protones que reducen el ácido estomacal (Prevacid 24 HR, Prilosec OTC, otros)
- Bloqueadores de histamina (H-2) que reducen el ácido estomacal (Tagamet HB, Pepcid AC, otros)
No está claro si tomar suplementos de vitamina B-12 puede ayudar a tratar la neuropatía diabética. Algunos estudios pequeños han demostrado una disminución del dolor y otras sensaciones anormales. Sin embargo, para las personas que no tienen una deficiencia de vitamina B-12, tomar suplementos de B-12 para la neuropatía diabética no ha demostrado ser de mucha ayuda.
¿Cuántos tipos de neuropatía hay?
¿Qué inyección es buena para la neuropatía?
Aliviar el dolor – Hay muchos medicamentos de venta con receta médica disponibles para el dolor en los nervios relacionado con la diabetes, pero no son eficaces en todas las personas. Cuando analices el uso de cualquier medicamento, habla con el proveedor de atención médica sobre los beneficios y los posibles efectos secundarios para encontrar el medicamento que sea más adecuado para ti. Entre los tratamientos con receta médica para el alivio del dolor pueden incluirse los siguientes:
- Medicamentos anticonvulsivos. Algunos medicamentos utilizados para tratar trastornos convulsivos (epilepsia) también se utilizan para aliviar el dolor en los nervios. La Asociación Estadounidense de la Diabetes recomienda comenzar con pregabalina (Lyrica). La gabapentina (Gralise, Neurontin) también es una opción.
- Antidepresivos. Algunos antidepresivos alivian el dolor en los nervios, aunque no estés deprimido. Los antidepresivos tricíclicos pueden ayudar a calmar el dolor en los nervios leve a moderado. Entre los medicamentos de esta clase figuran la amitriptilina, la nortriptilina (Pamelor) y la desipramina (Norpramin).
Entre los efectos secundarios pueden incluirse somnolencia, mareos e hinchazón en las manos y los pies. Los efectos secundarios pueden ser molestos e incluyen sequedad de boca, estreñimiento, somnolencia y dificultad para concentrarse.
Estos medicamentos también pueden causar mareos al cambiar de posición, como al pararse luego de esta acostado (hipotensión ortostática). Los inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina son otro tipo de antidepresivos que pueden ayudar con el dolor en los nervios y tienen menos efectos secundarios.
A veces, un medicamento antidepresivo puede combinarse con un medicamento anticonvulsivo. Estos medicamentos también pueden usarse con analgésicos, como los que se venden sin receta médica. Por ejemplo, podrías sentir alivio con acetaminofén (Tylenol u otros), ibuprofeno (Advil, Motrin IB u otros) o un parche para la piel con lidocaína (una sustancia adormecedora).
¿Qué medicamento es bueno para los nervios inflamados?
¿Qué es el Dolor Neuropático Localizado? Tu Farmacéutico Informa
Medicamentos – Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides de venta libre (AINE), como el ibuprofeno (Advil, Motrin IB u otros) o el naproxeno sódico (Aleve), pueden ayudar a aliviar el dolor. Los anticonvulsivos, como la gabapentina (Neurontin), y los medicamentos tricíclicos, como la nortriptilina (Pamelor) y la amitriptilina, se usan generalmente para tratar el dolor asociado a los nervios.
¿Qué especialista trata el dolor neuropático?
1 Servicio de Neurología 2 Unidad Multidisciplinaria de Dolor Crónico. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid Recibido: 25-01-05. Aceptado: 22-02-05. INTRODUCCIÓN Tras la Segunda Guerra Mundial, como respuesta por un lado al hallazgo de que los bloqueos de vías nerviosas con anestésicos locales eran útiles para el tratamiento del dolor, y por otro, a la conciencia creciente de que los pacientes con dolor crónico no recibían un diagnóstico y tratamiento correcto dada su complejidad, surgen en Estados Unidos los primeros programas multidisciplinarios para el estudio y tratamiento del dolor.
Uno de los primeros, bien descrito en la literatura, es el formado por el doctor John J. Bonica en el Hospital General de Tacoma en Washington, que se convirtió en clínica a finales de los años cincuenta (1).
A partir de esa fecha las Unidades del Dolor se extendieron primero por Estados Unidos y después por Europa y el resto de los países desarrollados, llegando también a España, donde todavía se siguen creando. Así la Unidad para el Estudio y Tratamiento del Dolor del Hospital Universitario 12 de Octubre, primera en nuestro país, se creó con carácter multidisciplinar por una disposición de la Dirección General del Insalud el 28 de noviembre de 1981, siendo su primer director el doctor J.
Madrid Arias y, como médico adjunto con dedicación exclusiva, la doctora L. Vicente-Fatela, coautora de este artículo, siendo dotada de espacio físico propio, camas de hospitalización y medios técnicos. Las Unidades del Dolor nacieron como clínicas multidisciplinares, que debían contar con anestesiólogos (los especialistas mejor preparados para realizar técnicas diagnósticas y terapéuticas intervencionistas, manejar fármacos anestésicos y analgésicos y sus diferentes vías de administración), neurocirujanos (para la realización de técnicas neuroquirúrgicas), neurólogos, rehabilitadores, cirujanos ortopédicos, internistas, psiquiatras y psicólogos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, terapeutas sociales y enfermería entrenada.
En situación ideal, este equipo, con dedicación parcial o total al dolor, debería estar en un hospital general con posibilidad de poder realizar interconsultas a otros servicios, disponer de laboratorio y radiología, así como programas de docencia e investigación.
- Sin embargo, con la extensión de las unidades, han variado su composición o su función, perdiendo su condición de multidisciplinares (así se encuentran unidades formadas en exclusiva por anestesiólogos, por neurocirujanos, por neurólogos, por rehabilitadores), especializándose en un método de tratamiento (clínicas unimodales dedicadas a bloqueos nerviosos, electroestimulación, acupuntura, ozonoterapia, salud mental, etc;
) o en un síndrome específico (centros para dolor lumbar, cefalea, dolor oncológico, lesión medular). La Sociedad Española del Dolor (2) en su página de acreditaciones, señala que para ser una unidad multidisciplinar para el estudio y tratamiento del dolor (nivel IV) deben estar integradas por al menos dos especialidades médicas en el staff (uno de ellos anestesiólogo o neurocirujano), así como un psicólogo, y debe contar con colaboradores de, al menos, tres especialidades diferentes.
Dichos colaboradores deben estar nominados y tener una relación estable con los miembros de la unidad del dolor mediante la realización de sesiones interdisciplinares. Es en este contexto donde se sitúa la existencia de un neurólogo colaborador.
El papel inicial de un neurólogo en la unidad del dolor es el diagnóstico del dolor neuropático, la comprensión de sus mecanismos y la planificación de acuerdo con ellos de su tratamiento (3). El dolor neuropático es el dolor producido por la lesión o disfunción del sistema nervioso nociceptivo; constituye un dolor muy frecuente, que afecta a unos dos millones de españoles (4), de difícil manejo.
Pero dicho papel se extiende a prácticamente todos los pacientes con dolor crónico, ya que el dolor neuropático está presente como componente fundamental o secundario en estos pacientes, siendo muchas veces difícil o imposible su separación, e incluso pacientes con otros tipos de dolores (nociceptivo somático o visceral y psicológico) se benefician de la evaluación diagnóstica y terapeútica, dado que también en ellos interviene un sistema nervioso intacto en el primer caso, o con activación exclusiva de su componente afectivo-emocional o del nivel cognitivo en el segundo.
La Unidad Multidisciplinaria de Dolor Crónico del Hospital “12 de Octubre” estaba compuesta, en el momento de realizar este estudio, por una anestesióloga, una internista y un reumatólogo con dedicación absoluta. Junto a ellos trabajaba una rehabilitadora y una psicóloga especializada en este tipo de pacientes.
En este contexto se crea, como colaboración estable, una consulta de apoyo de neurología, especialidad que tradicionalmente no ha participado en la atención de estos pacientes. Describimos la actividad de esta consulta durante seis meses.
MATERIAL Y MÉTODOS La consulta de Neurología ocupa uno de los despachos de la Unidad, es desempeñada por un neurólogo con interés en dolor que, un día por semana, valora los pacientes remitidos por la propia unidad, ya sean estos nuevos (como parte de la valoración inicial de pacientes con dolores complejos), sucesivos en la unidad (como parte del seguimiento y de valoración de la respuesta al tratamiento), o los remitidos a esta como segunda opinión.
El fin de la consulta no es sustituir o corregir al especialista que lleva al paciente, sino contribuir, si es posible, a un mejor diagnóstico o manejo del paciente con dolor crónico complejo. El tiempo asignado a cada paciente nuevo oscila entre cuarenta y cinco minutos a una hora, pudiendo ser mayor en casos seleccionados.
Este tiempo es muy superior al que dispone un neurólogo en una consulta ambulatoria del área, lugar donde estos pacientes eran remitidos previamente, que en esta zona oscila entre siete y diez minutos. Una vez valorados los pacientes, de cada uno emite un informe de interconsulta en el que consta una opinión diagnóstica, se aconseja sobre el estudio y el plan de tratamiento, y se decide su seguimiento.
- Los pacientes se discuten con el miembro de la unidad remitente o, si son de especial complejidad, con toda la unidad en una sesión semanal;
- Se analizan las características demográficas (edad, sexo, estado civil, profesión, situación laboral), el servicio de procedencia a la unidad, motivo de consulta y motivo de consulta neurológico, tratamiento previo, intensidad del dolor, tiempo de evolución, diagnóstico, presencia e importancia del dolor neuropático, presencia o ausencia de patología psiquiátrica, laboral o judicial, y si hubo o no tras la consulta, modificación en el diagnóstico etiológico, fisiopatológico, tratamiento, pronóstico y seguimiento;
En los apartados oportunos se hizo una comparación con los pacientes con dolor neuropático atendidos en la consulta de neurología general, actividad que ocupa la mayor parte del trabajo asistencial del primer autor, y con los atendidos en la unidad, datos recopilados pero no publicados previamente.
RESULTADOS Durante los seis meses analizados se valoraron sesenta y dos pacientes nuevos (omitimos del análisis los pacientes que se vieron en esta consulta de modo sucesivo). La edad media fue de 55,5 años, con una moda de 68, ya que raramente se valoran pacientes de edad pediátrica.
La edad media es un poco mayor que la general de los pacientes de la unidad, y se aproxima a la de la consulta de neurología de área. Prácticamente la mitad fueron varones y la otra mujeres (53,2/46,8%). El 80% de los pacientes están casados o viven en pareja, pero un 5% viven solos.
El 43% de los pacientes estaban jubilados, lo que corresponde a la moda de edad, coherente con una población anciana, pero hasta un 30% estaban de baja, casi un 10% tenía reconocido algún grado de invalidez y tan sólo un 15% estaban trabajando.
La mayoría de los pacientes remitidos a esta consulta de Neurología en la unidad del dolor provienen originalmente de Traumatología (25,8%), Neurocirugía (22,6%), Neurología (11,3%), Reumatología (9,7%) y Rehabilitación (8,1%). Los pacientes enviados para una segunda opinión desde otra unidad de dolor fueron el 9,7%.
La distribución es similar a la de los pacientes remitidos por cualquier tipo de dolor a la unidad, salvo por una mayor representación de los pacientes enviados por Neurología y para segunda opinión, y una menor de los remitidos por Psiquiatría.
El motivo de consulta principal fue el de dolor lumbar y en extremidades inferiores, acorde con el atendido en la unidad. El motivo de consulta neurológico más importante fue buscar el diagnóstico, etiológico o sobre todo de los mecanismos fisiopatogénicos involucrados en el dolor crónico del paciente, siendo mucho menos importante la demanda de una valoración terapéutica.
- El resto fue como parte de una valoración inicial multidisciplinar de pacientes complejos y para segundas opiniones;
- El diagnóstico neurológico mayoritario fue el de radiculopatía, junto al de dolor nociceptivo somático articular lumbar, acorde con la gran demanda de pacientes, operados o no, con dolor lumbar o lumbociático que recibe la unidad;
Tras este diagnóstico destacaba el de síndrome de dolor regional complejo y a continuación están las neuropatías periféricas, las polineuropatías, los dolores medulares, de amputación y psicógeno. La mayoría de los pacientes recibían ya tratamiento analgésico e incluso un tercio recibía tratamiento para el dolor neuropático (básicamente gabapentina y amitriptilina), referían una intensidad de dolor media-alta y un tiempo de evolución medio de 38,2 meses (moda de 24 meses), siendo por tanto dolores crónicos.
- Había problemática psiquiátrica asociada (entendiendo por esta la que requirió consulta psiquiátrica o psicológica) en casi la mitad de los pacientes (43,5%), algo menor que la general de la unidad, y laboral (entendiendo por ella bajas laborales prolongadas o procesos de tribunales laborales) en el 22,6%, explicable por la media de edad, también un poco superior a la de la unidad;
Obviamente, la mayoría de los pacientes remitidos tenían dolor neuropático, ya fuera como componente fundamental de su dolor crónico o sobre todo de modo asociado, pero sorprendentemente un 17,7% no lo tenían. Esta consulta modificó el diagnóstico etiológico en un tercio de los pacientes (32,3%), destacando en esta proporción las segundas opiniones y los síndromes de dolor regional complejos.
- Hubo modificación en su diagnóstico fisiopatogénico en un 88,7%;
- Se aconsejó una modificación del tratamiento como consecuencia del dato anterior en un 56,5% de los pacientes, se modificó el pronóstico o se le explicó con respecto a los nuevos datos al 24,2% de los pacientes y se recomendó una nueva consulta a un 30,6% de los pacientes, si bien el seguimiento siempre depende de la opinión de los otros médicos de la unidad;
DISCUSIÓN En los últimos años asistimos a un aumento en la demanda de unidades especializadas en el manejo del dolor. Hay un triple motivo para ello. El primero, presente en nuestra área, es el simple aumento demográfico de la población asistida, originado por la construcción de nuevos barrios, por la importante llegada de población inmigrante (5), por la población desplazada (en general pacientes ancianos que habitaban un medio rural y que vienen a vivir con sus hijos cuando son dependientes) y últimamente por el trasvase de población atendida por seguros privados, trabajadores de grandes empresas, que con la extinción de los mismos pasan a la sanidad pública.
- El segundo es el aumento de la esperanza de vida de los españoles que conlleva un mayor número de pacientes ancianos, con enfermedades degenerativas o asociadas a la edad, muchas de las cuales cursan con dolor, lo que junto a un aumento del nivel cultural, hace que exijan una mayor calidad de vida en la cual, uno de los factores limitantes, es el dolor (6);
El tercero es el aumento de la complejidad de los cuadros dolorosos que se atienden; los pacientes que acuden a las unidades del dolor son pacientes con información previa (lo cual no quiere decir que esta sea de calidad), pluripatología, experiencia con fármacos, terapias alternativas y, a menudo, sometidos a diversos procedimientos invasivos o quirúrgicos con importante iatrogenia.
En este contexto de mayor demanda y complejidad es donde las clínicas o centros multidisciplinarios del dolor tienen su papel. De hecho, actualmente las unidades del dolor no se entienden si no son multidisciplinares (7) y así, existen llamamientos firmes de organismos internacionales como la IASP para que se constituyan unidades multidisciplinares en todos los países (8).
Es en este contexto, como especialista colaborador en una Unidad del Dolor donde surge el papel del neurólogo, en principio involucrado en el manejo del paciente con dolor neuropático crónico. El dolor neuropático (aquel causado por una lesión o disfunción del sistema nervioso) es uno de los cuadros álgicos más frecuentes, complejos y rebeldes al tratamiento.
Ello es debido a una doble vertiente: por una parte es un dolor de difícil diagnóstico (en ocasiones no existe una etiología clara descubierta por las pruebas diagnósticas, coexisten otros factores -psiquiátricos, medicolegales, psicosociales- que pueden modificar la expresión de la enfermedad, los diagnósticos pueden no tener un significado etiológico -dolor facial atípico, fibromialgia- o se requiere una perspectiva histórica de la evolución del paciente) (3); y por otra, es un dolor de complicado tratamiento, ya que responde mal a los analgésicos convencionales (antiinflamatorios no esteroideos, opiáceos) y aunque hay tratamientos que palian el problema, no existe tratamiento definitivo establecido (9).
La causa última de nuestro relativo fracaso en el diagnóstico y terapia del dolor neuropático reside en nuestra falta de conocimientos sobre los mecanismos fisiopatológicos responsables del mismo. Y es esta la clave actual para el manejo de estos pacientes, en los que se aconseja modificar el enfoque tradicional del tratamiento, pasando de la etiología y la distribución topográfica a los posibles mecanismos fisiopatogénicos implicados en cada paciente, adaptando las terapias a estos últimos.
En los pacientes con dolor neuropático la relación entre etiologías, mecanismos fisiopatogénicos y síntomas es compleja. Así el dolor que se manifiesta en diversas enfermedades puede deberse a mecanismos comunes.
Un mecanismo del dolor no es consecuencia inevitable de una determinada enfermedad, y de hecho, sólo unos pocos pacientes sufrirán dolor neuropático sin que podamos predecir cuáles serán. Un mecanismo puede ser responsable de diferentes síntomas. Es más, el mismo síntoma en dos pacientes puede ser causado por diferentes mecanismos.
- Finalmente, en un mismo paciente puede actuar más de un mecanismo, y estos pueden cambiar con el tiempo;
- De ahí que sea imposible predecir los mecanismos responsables del dolor basándose sólo en la etiología o en la distribución y naturaleza de los síntomas;
Por ello se aconseja en la literatura actual un cambio de estrategia, consistente en identificar los mecanismos involucrados, que expliquen los síntomas y signos de cada paciente, y hallar así el tratamiento óptimo para cada paciente. El primer paso imprescindible en el tratamiento de cualquier paciente con dolor neuropático es el estudio y disección de los diferentes fenómenos positivos presentes, y su adscripción a mecanismos fisiopatológicos concretos (10).
Y así, es el neurólogo consultor un especialista que puede ser útil para colaborar en el diagnóstico, para comprender sus mecanismos, y para ayudar a planificar el tratamiento. Es con este ánimo como surge la consulta de neurología aquí expuesta.
Dicha consulta intenta sustituir los tradicionales partes de interconsulta de la Unidad del Dolor al Servicio de Neurología, que acababan recayendo en consultas ambulatorias saturadas, vistos por distintas personas, no siempre interesadas en este campo, en un tiempo escaso, sin contacto directo con los miembros de la Unidad, sin involucrarse con pacientes tan complejos, ni participar del proceso terapéutico de los mismos.
- Cuando se analizan los resultados de la consulta de neurología dentro de la Unidad del Dolor llaman la atención varios hechos;
- La edad media de los pacientes atendidos es un poco mayor que la general de los pacientes de la unidad y se aproxima a los de la consulta de neurología ambulatoria de neurología;
Este hecho es coherente con el hallazgo de que numerosas enfermedades asociadas a la edad o degenerativas causan dolor, en especial articular y neuropático, y que este es causa de consulta por constituir un motivo de disminución de la calidad de vida.
En este grupo de población se observa asimismo un gran número de personas, en especial mujeres que viven solas. De modo lógico, la mayor parte de los pacientes estaban jubilados, pero hasta un 30% estaban de baja y casi un 10% con algún grado de invalidez, hecho observable en el conjunto de pacientes referidos a la unidad.
La alta proporción de pacientes con bajas prolongadas o con invalidez muestra la importancia de estas unidades, no sólo para mejorar la calidad de vida de los pacientes sino también los costes sociales y económicos que estas patologías crónicas representan.
- La distribución de los servicios de procedencia inicial de los pacientes es similar a la de los pacientes remitidos por cualquier tipo de dolor a la unidad, salvo por una mayor representación de los pacientes enviados por Neurología (como era de esperar para dolores neuropáticos) y para segunda opinión (ya que, como hemos expresado más arriba, el dolor neuropático suele ser de difícil diagnóstico y manejo terapéutico);
El motivo de consulta principal fue el de dolor lumbar y en extremidades inferiores, acorde con el atendido en la unidad. La cefalea, más prevalente en la población general que el dolor lumbar y primera causa de demanda sanitaria en la consulta de Neurología ambulatoria, prácticamente no llega a las Unidades del Dolor, seguramente por estar bien tratada en medicina de familia y neurología y porque no suelen requerir, salvo excepciones, otras terapias diferentes de las farmacológicas.
El motivo de consulta neurológico (expresado libremente por los médicos de la Unidad del Dolor remitentes del paciente) más importante fue buscar el diagnóstico etiológico, o sobre todo de los mecanismos fisiopatogénicos involucrados en el dolor crónico del paciente, siendo mucho menos importante la demanda de una valoración terapéutica.
Esto concuerda con uno de los objetivos iniciales de esta consulta, hacer una adecuada exploración de los fenómenos positivos presentes y su adscripción a mecanismos fisiopatogénicos, para adecuar las opciones terapéuticas al dolor del paciente. Por ello algunos pacientes fueron vistos como parte de una valoración inicial multidisciplinar en dolores complejos, pero llama la atención las numerosas valoraciones para segundas opiniones remitidas desde otros centros.
El diagnóstico neurológico mayoritario fue el de radiculopatía, junto al de dolor nociceptivo somático articular lumbar, acorde con la gran demanda de pacientes, operados o no, con dolor lumbar o lumbociático.
Tras este diagnóstico destacaba el de síndrome de dolor regional complejo, diagnóstico este realizado en muchas ocasiones por vez primera en esta unidad, entidad que sospechamos está infradiagnosticada y, por tanto, mal tratada. La distribución de las causas de consulta (según hemos detallado en los resultados) es representativa de los dolores neuropáticos remitidos a la unidad.
- Pero cuando comparamos con los pacientes con dolor neuropático que acuden a la consulta de neurología ambulatoria, actividad usual del primer autor del estudio, además de cefaleas (que son bien manejadas en general por atención primaria y neurología, no suelen requerir terapias no farmacológicas y por ello no suelen llegar a las unidades del dolor), lumbociáticas (de menor intensidad de dolor, en general no intervenidas, entidad compartida con otras especialidades) y polineuropatías dolorosas, se observan algunos cuadros que a veces podrían requerir técnicas intervencionistas no disponibles en estas consultas o no realizadas por neurólogos, o que se podrían beneficiar de una valoración multidisciplinar (dolor neuropático central -postictus-, medular, plexopatías, neuralgias postherpéticas) que no llegan a las unidades del dolor, probablemente por la falta de neurólogos con interés en dolor integrados en ellas;
De hecho, como respuesta a esta demanda, se están creando consultas y unidades unidisciplinares de dolor neuropático, en paralelo con las unidades del dolor (11), un modelo distinto al analizado en este artículo, que creemos tiene el inconveniente de perder la valoración multidisciplinar que al final tiene como objetivo aumentar y mejorar las opciones terapéuticas de los pacientes.
- Pero es más, cuando se observan los estudios de prevalencia de dolor neuropático en la población, con el gigantesco coste personal y económico que conlleva (12,13), se observa que la mayoría de estos pacientes, más aún si son ancianos (14,15), no alcanzan una atención especializada y se quedan en atención primaria, con lo que potencialmente privamos de tratamiento a un gran porcentaje de población;
Es obvio, que al igual que está ocurriendo en los Estados Unidos y en otros países desarrollados, la demanda de profesionales y unidades que traten pacientes con dolor neuropático aumentará en nuestro país (16). Si analizamos los tratamientos previos, es interesante observar que muchos pacientes, amén de diversas pautas analgésicas, ya han sido tratados con fármacos utilizados preferentemente para el dolor neuropático (básicamente gabapentina, pero también otros antiepilépticos, y amitriptilina, y también otros antidepresivos más modernos), en ocasiones con dosis, pautas o periodos de tiempo incorrectos, sin un claro objetivo fisiopatológico, sin una explicación al paciente de los efectos buscados y esperables, y lo que es peor, abandonados por efectos secundarios o falta de respuesta que no son tales, quemando tratamientos útiles.
- La mayor parte de los pacientes tenían dolores crónicos (lo que dificulta el tratamiento), de intensidad suficiente para repercutir en las actividades diarias, y con problemática psiquiátrica, laboral, judicial o de perjuicio asociadas, todo ello similar a las características de los pacientes que recibe la unidad;
Lógicamente la mayoría de los pacientes vistos tenían dolores neuropáticos, a veces como componente fundamental, pero de modo más frecuente como dolor asociado. Sorprendentemente casi un quinto de los pacientes no tenían dolor neuropático. Son estos dos últimos datos los que aconsejarían junto a una valoración psicológica, una valoración neurológica inicial en pacientes con dolores crónicos complejos, independientemente de la sospecha de un componente neuropático, aumentando así la cantidad de pacientes con dolor de cualquier tipo que se pueden beneficiar de una valoración neurológica y de la participación del neurólogo en el proceso terapéutico.
- Esta consulta modificó el diagnóstico etiológico en un tercio de los pacientes, proporción sorprendente en una Unidad del Dolor, que teóricamente en nuestro medio atiende a pacientes ya bien estudiados en otros servicios;
Destacan en esta proporción las segundas opiniones y los síndromes de dolor regional complejos. Esta última entidad, tan variable y desconcertante, es hoy un reto no sólo diagnóstico sino sobre todo terapéutico a menudo infradiagnosticado y mal tratado (17).
Hubo modificación en su diagnóstico fisiopatogénico en casi un 90% de los pacientes. Este dato es, en nuestra opinión, el que justifica una evaluación neurológica de la mayoría de los pacientes con dolor crónico complejo, ya que la tendencia actual frente al dolor de estos pacientes es planificar el tratamiento, como hemos explicado, no por etiologías, sino por los mecanismos fisiopatogénicos presentes en cada paciente.
Esto repercute en un correcto tratamiento y probablemente será la forma de evaluar los diferentes tratamientos sobre el dolor neuropático en los ensayos futuros (10). Como consecuencia del dato anterior se aconsejó una modificación o mejora del tratamiento en más de la mitad de los pacientes, se contribuyó a la explicación del dolor y de los efectos esperables del tratamiento, y se recomendó una nueva consulta a un tercio de los pacientes, si bien el seguimiento depende de la opinión de los otros médicos de la unidad.
Dado que, como hemos hablado, el dolor neuropático es un tipo de dolor crónico ligado a la edad, con prevalencia creciente, de difícil diagnóstico y tratamiento, y por definición no es una enfermedad sino un síntoma neurológico, parece claro, como así mostramos en el artículo, que la presencia de un neurólogo como consultor de una unidad multidisciplinaria del dolor contribuye al diagnóstico etiológico y sobre todo fisiopatológico del dolor, confirma o descarta la presencia de dolor neuropático y el posible mecanismo del mismo, indica tratamientos para dicho componente, participando en el proceso terapéutico del mismo, y por último, puede ayudar a explicar al paciente la naturaleza de su dolor, seguimiento y pronóstico.
Según algunos autores, además podría reducir el número de consultas a otros especialistas, así como el número de pruebas diagnósticas y aumentar las opciones terapéuticas de estos pacientes (3). Como datos inesperados en esta consulta hemos observado cómo muchos dolores neuropáticos no llegan a estas unidades, probablemente por su escaso número y por el desconocimiento de médicos de familia y población de las posibilidades terapéuticas, y que el neurólogo también tiene un papel en la valoración diagnóstica y terapéutica de otros tipos de dolor crónico, incluyendo no sólo los que tienen un componente mixto (neuropático y no neuropático), sino también en dolores nociceptivos (en los que el sistema nervioso está intacto y transmite correctamente un dolor “patológico”) y psicógenos, en los que hay una activación del componente cognitivo o emocional del dolor sin mecanismo nociceptivo o neuropático identificable.
Presentamos la labor de una consulta de neurología dentro de una unidad multidisciplinar del dolor. El neurólogo contribuye al diagnóstico y tratamiento de los pacientes tanto con dolor crónico neuropático, un dolor de importancia creciente y manejo difícil, cuyo tratamiento se debe basar, no tanto en la etiología, sino en los mecanismos fisiopatogénicos involucrados, como con el resto de pacientes con dolor crónico complejo.
Creemos que esta labor dentro de una unidad multidisciplinar, siempre en colaboración y no en competencia con otros médicos especialistas con otra formación, es lo más útil para el correcto tratamiento de estos pacientes y que su generalización, así como una mayor educación de la población, contribuirá a que un mayor número de pacientes que hoy no llegan a estas unidades, puedan beneficiarse de las terapias existentes.
- Estudios futuros deben aclarar el papel del neurólogo en nuestro medio en el campo del dolor;
- CORRESPONDENCIA: Antonio Martínez-Salio Unidad Multidisciplinaria del Dolor Hospital Universitario 12 de Octubre Ctra;
de Andalucía, km. 5,400 28041 Madrid Telf. : 913 908 000 (ext 8300) e-mail: amsalio@yahoo. com BIBLIOGRAFÍA 1. Loeser JD. Programas multidisciplinarios contra el dolor. En Bonica Terapéutica del Dolor. Tercera Edición. México: Ed. McGraw-Hill Interamericana, 2003. [ Links ] 2.
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¿Qué vitaminas son buenas para la neuropatía?
Vitamina B-12 – La vitamina B-12 está presente en algunos alimentos y ayuda a la correcta función nerviosa y a la producción de glóbulos rojos. Las personas que no consumen suficiente vitamina B-12 pueden tener un mayor riesgo de presentar una neuropatía y otros problemas del sistema nervioso (neurológicos). Ciertos medicamentos pueden provocar una deficiencia de B-12, por ejemplo:
- Metformina (Glumetza, Riomet, otros), un medicamento utilizado para tratar la diabetes tipo 2
- Inhibidores de la bomba de protones que reducen el ácido estomacal (Prevacid 24 HR, Prilosec OTC, otros)
- Bloqueadores de histamina (H-2) que reducen el ácido estomacal (Tagamet HB, Pepcid AC, otros)
No está claro si tomar suplementos de vitamina B-12 puede ayudar a tratar la neuropatía diabética. Algunos estudios pequeños han demostrado una disminución del dolor y otras sensaciones anormales. Sin embargo, para las personas que no tienen una deficiencia de vitamina B-12, tomar suplementos de B-12 para la neuropatía diabética no ha demostrado ser de mucha ayuda.
¿Qué medicamento es bueno para los nervios inflamados?
¿Qué es el Dolor Neuropático Localizado? Tu Farmacéutico Informa
Medicamentos – Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides de venta libre (AINE), como el ibuprofeno (Advil, Motrin IB u otros) o el naproxeno sódico (Aleve), pueden ayudar a aliviar el dolor. Los anticonvulsivos, como la gabapentina (Neurontin), y los medicamentos tricíclicos, como la nortriptilina (Pamelor) y la amitriptilina, se usan generalmente para tratar el dolor asociado a los nervios.